Luego del voraz incendio que se presentó en el páramo de Berlín, en Santander, los frailejones continúan su proceso de restauración, como señal de resilencia.
Este jueves, 22 de febrero, se conocieron nuevas imágenes del valle de frailejones, que inicialmente se pensaba que iba a ser un cementerio vegetal. La fotografías dan esperanza.
Según un estudio del Instituto Humboldt de 2013, los frailejones necesitan entre 50 y 100 años para alcanzar, de nuevo, alturas de dos metros o más. Sin embargo, y teniendo en cuenta las imágenes, en el Páramo de Berlín este proceso de recuperación podría ser más rápido y tardar menos años.
«A un mes de haber enfrentado el incendio forestal, nos alegra ver cómo la naturaleza responde con resiliencia. Los frailejones, se mantienen firmes, mostrando su fuerza y resistencia. Cada esfuerzo cuenta en esta etapa de recuperación y protección de nuestro ecosistema», aseguró Alejandro Estrada, gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, amb, quien compartió la fotografías en su cuenta de X.
En las imágenes se observa cómo están comenzado a brotar los copos en los frailejos, que a su vez están cubiertos de una densa neblina, característica de esta ‘joya’ natural.
«Para nosotros es motivo de alegría ver cómo los frailejones se están recuperando así de rápido, en un tiempo que no esperábamos. La naturaleza nos da una lección de fortaleza y de que las tragedias, no son siempre el fin», agregó Estrada.
¿Por que los frailejones resistieron al incendio?
Al parecer, la suma de varios factores genéticos, de clima, intensidad del fuego y acción oportuna de quienes ayudaron a extinguir el incendio determinó la supervivencia de los frailejones.
En la zona del páramo de Berlín que se afectó por el incendio hay dos especies de frailejón, el frailejón de Bucaramanga o de Stanley y el aglomerado. Estas poseen características especiales que pueden determinar su supervivencia en condiciones extremas.
De acuerdo con el profesor Javier Pinzón, doctor en Biología Vegetal y subdirector académico del Instituto de Proyección Regional y Educación a Distancia (Ipred) de la Universidad Industrial de Santander, una de las hipótesis por las que los frailejones sobrevivieron al fuego es por su mismo sistema de supervivencia.
Pinzón Torres explicó que, al tener su hábitat en alturas superiores a los 3.000 metros y con temperaturas muy bajas, los frailejones tienen un mecanismo de protección basado en una especie de armadura de hojas con las que protegen sus áreas vitales y sensibles.
“Estas plantas protegen las áreas que tienen que ver con el crecimiento tanto hacia arriba, como lateral y hacia abajo. Estas células especializadas se protegen con hojas que se ubican a manera de roseta. Son hojas suculentas y con vellos que pueden tomar la humedad del ambiente para que se mantengan hidratadas las células especializadas”, indicó el biólogo UIS.
El profesor Pinzón indicó que cuando las hojas se cierran, cubren del frío las partes vitales de la planta. Para el caso de las altas temperaturas, lo que sucedió es que cuando el fuego atacó a los frailejones, estas hojas se cerraron, soportaron el fuego y se calcinaron, pero cubrieron la parte interna de la planta y la mantuvieron con vida.
En otras palabras, es como si el frailejón se hubiera cubierto con un traje especializado que aisló el fuego.
