La madre de seis hijos y ‘youtuber’ Ruby Franke, reconocida en el ámbito de internet por brindar consejos de crianza, ha sido condenada a 30 años de prisión por abusos agravados. Fue arrestada el 3 de agosto en Ivins, Utah, Estados Unidos, según la decisión de un juez.
La sentencia también incluyó a su exsocia, la terapeuta y empresaria Jodi Hildebrandt. Ambas se declararon culpables de los cuatro delitos, según informó ‘KUTV’ el martes.
Franke, reconocida por brindar consejos a padres a través de su canal de YouTube ‘8 Passengers’, el cual ya no está disponible. Por otro lado, Hildebrandt dirigía una empresa de asesoramiento llamada ConneXions Classroom.
El fiscal del caso afirmó que la sentencia impuesta es la más severa disponible según la ley de Utah. No obstante, se les otorga un período de 30 días para que la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Utah pueda apelar la decisión, lo que podría conducir a una revisión y establecimiento de una nueva condena.
El fiscal estatal Eric Clarke comparó la situación, describiendo que los hijos vivían en un «ambiente similar a un campo de concentración», y expresó que Franke «cometió actos atroces de abuso infantil». Clarke calificó a la mujer como «una amenaza para la comunidad».
Por su parte, agregó que «a los niños se les negaba la comida, agua, camas para dormir y todas las formas de entretenimiento».
Según ‘CBS News’, en diciembre, Franke se declaró culpable de cuatro cargos de abuso infantil y admitió haber torturado a sus hijos.
En los detalles del acuerdo de declaración de culpabilidad se incluían actos de abuso, como mantener a uno de sus hijos atado, y obligar a su hija de 9 años a realizar trabajos manuales bajo el sol, sin zapatos y sin acceso a agua.
Según informes de varios medios internacionales, Hildebrandt confesó haber torturado a los niños y estaba consciente del abuso. Además, el documento detalla que «forzó o coaccionó físicamente» a la hija de Franke para que «saltara sobre un cactus varias veces».
El fiscal afirmó que todo esto «fue motivado por su fe religiosa». «Este es un caso de extremismo religioso. Los acusados parecen haber creído plenamente que el abuso que infligieron era necesario para enseñar a los niños cómo arrepentirse adecuadamente de ‘pecados'», aseguró.
Los padres de la ‘youtuber’ afirmaron que, durante tres años, solo tuvieron «breves comunicaciones» con su hija. En esos mensajes, la mujer acusaba a sus padres de eventos que, según los progenitores, ella «exageró».