Como un gran amigo, una persona muy querida y un excelente ser humano recordarán a don Hugo Scrimaglia, histórico defensor del Atlético Bucaramanga, quien murió el pasado lunes en Bogotá.
“A Hugo le encantaba ir al estadio, a los partidos, a las actividades de fin de año que hacemos para los niños sin recursos. Yo siempre era la que lo recogía, lo llevaba, era otro papá para mí. Siempre íbamos los tres al estadio”, contó Marta Montanini, hija de José Américo Montanini, gran amiga de don Hugo.
Esa amistad surgió gracias a la buena relación que siempre tuvieron don Américo y Hugo, a quienes siempre se les veía llegar a ver al Atlético Bucaramanga, el equipo de sus amores, y en el que compartieron nómina en 1960, donde terminaron en el tercer lugar de la Liga colombiana, junto a otros futbolistas de la talla de Roberto Pablo Janiot , Marcos Coll y Hermán ‘El Cuca’ Aceros, entre otros.
“Murió el amigo de nosotros”, agregó Marta, que destacó el gran ser humano que fue don Hugo.
“Siempre fue un hombre muy fuerte (jugando al fútbol). Mi papá cuenta que era una ‘pared’ y tenía fama de malgeniado y sí lo era un poquito, pero conmigo era diferente y yo le ‘tomaba el pelo’ y le decía ‘Hugo, a mí me dijeron que cuando usted jugaba fútbol se la pasaba peleando y repartiendo patadas’, y me decía que solo lo hacía cuando le pegaban a mi papá”, recordó Montanini, con gran cariño.
También lo recordó Felipe Zarruk Diazgranados, columnista de esta casa editorial, quien aseguró que fue “un gran jugador, tuve la oportunidad de jugar con él cuando ya se había retirado del fútbol profesional, pero conservaba su técnica, era recio pero muy técnico, era el que mandaba atrás; y como persona era un gran tipo”.
En el cuadro santandereano, Scrimaglia jugó entre 1959 y 1967.
