Tras el decreto 207 emitido por la administración municipal, se pensaba que ya era hora de sepultar la tradición de incinerar el año viejo.
No obstante, a medida que se acerca la última noche del año, los habitantes de distintos barrios de ‘la bonita’ se han dedicado a la confección de estos muñecos. Tal es el caso de Alexis Villamizar, más conocido como ‘El Indio’ por la comunidad de Suratoque Bajo. El Indio, tomó el rol de líder navideño y desde las novenas hasta la fiesta de fin de año, todo detalle festivo pasa por sus creativas manos.
“Así sea con reciclaje y tela reutilizada, me he esforzado porque nuestros niños vivan algo mágico, más cuando quizá nuestro entorno no lo sea” confiesa Villamizar, quien junto a su hijo y sobrino dieron vida al ‘Elvis de trapo’ cuyo relleno se adapta a la nuevas medidas: relleno sólo de espuma y retazos de tela.
Por más que distintos tabloides los den por muertos, cada diciembre se encargan de reencauchar el concepto de carrancio. El artista teatral Luis Agüello, adoptó el rol de Carrancio Viviente.
Luce como muñeco, pero tiene corazón de hombre noble: “la idea no es acabar las tradiciones sólo porque no se hacen de una forma. El sentido verdadero de las tradiciones colombianas es el uso ilimitado de la creatividad” afirma ‘Lucho’, quien fue reconocido como el Papá Noel bumangués.
En los barrios tampoco falta el ilustre muñeco, por ejemplo en La Libertad y La Cumbre gozan de la compañía de su propia figura decembrina. Gestores culturales y líderes barriales le apostaron por mantener vivo el espíritu navideño y dicharachero del colombiano.