Este año la idea es continuar con el proyecto, pero el objetivo principal es retomar esta tradición y llevarlo a todos los rincones de la ciudad dulce. Según informó Walter Conde, líder del colectivo: “queremos que la cultura en este municipio no se pierda, todos los sábados y domingos queremos salir a todas las zonas del área metropolitana en la que nos quieran ver”. A ritmo de bombos, redoblantes y en una procesión muy organizada, distintas familias del sector se asomaron a sus ventanas a tomar fotos de cada uno de los creativos disfraces.
La tradición del matachín seduce a adultos que recuerdan aquellos años maravillosos correteando y huyendo de los golpes de una vejiga que dejaba marcas para la posteridad. No obstante, múltiples niños también se vieron maravillados e incluso se pusieron sus máscaras y a paso firme hicieron parte de la procesión. Milena Villamizar, madre de uno de los niños matachines, afirmó que: “eventos como estos hacen parte de los recuerdos de nuestra familia y a sus 8 años es bonito que participen en actividades culturales del lugar donde son”.
Un traje discursivo como la moda
Detrás del espectáculo, también se encuentra la identidad textil florideña, ya que estos disfraces tienen una confección única en toda la región. Los retazos de tela de colores y las máscaras hechas en papel y a mano una por una hacen que la tradición pase a ser una clase maestra de costura y diseño avanzado, pero en la comodidad de la calle.
Estos trajes son alusivos a la luna, el sol, la fauna nacional como tigres, pumas, osos y también hacen uso del mensaje irónico, parodiando al famoso ‘Tío Sam’ con sus barras y estrellas. Haciendo que la procesión de matachines se convierta en una gala pública y discursiva de la verdadera cultura de Floridablanca.
Distintas personas adultas vivieron por primera vez un evento tan tradicional como este, así es el caso de Alexis Quintero, de 42 años y un entusiasta que aprovechó la oportunidad para disfrazar a sus dos hijos, confesó que: “mi mamá nunca me dejó disfrazarme ni ir a estos eventos y hoy estoy matando las ganas junto a mi familia. Son tradiciones que no se deben dejar morir”.
Aunque el origen de esta costumbre es aún tema de debate, no cabe duda que la plaza por excelencia ha sido La Cumbre que los ha mantenido vivos durante años. Sin embargo, los habitantes de ‘la bonita’ y su área metropolitana han demostrado que se necesita llevar la cultura de la ciudad al siguiente nivel más allá de la gastronomía y el dulce, con tradiciones poderosas que se han buscado un sitio por si solas.
Si desea hacer parte de este colorido desfile, puede conectarse con la página de Facebook del colectivo organizador Cultural Evolution Mtdc – Matachines y tener presente las fechas que se vayan estipulando.