Un total de 24 días han transcurrido desde el trágico momento en el que dos niños santandereanos desaparecieron en las aguas del río Bravo. Ellos, junto a Yiini Paola Galán Herazo, su mamá, cruzaban la frontera entre México y Estados Unidos para alcanzar el tan anhelado sueño americano.
En el barrio Ciudadela Nuevo Girón, lugar de donde salió la mujer con los dos niños, piden que el caso no quede en el olvido y se encuentre a la menor.
“Llama uno al consulado y que no hay respuesta, no hay ninguna información, que nada que aparece. Pedimos que no dejen de buscarla, no dejen el caso en el olvido y que aparezca como sí apareció el niño. Estamos en entera zozobra”, relató Yulitza Galán Herazo, tía de los menores de edad.
Yiini Paola continúa en un refugio en Estados Unidos a la espera de que le entreguen el cadáver de su hijo para así determinar si es repatriado a Colombia y darle el último adiós.
“Al niño nos dicen que le están haciendo necropsia, pruebas de ADN y que todo eso puede llegar a demorar hasta dos meses. Mi hermana sigue mal, se pone a llorar cada vez que recuerda”, agregó la familiar.
Por los altos costos de transportar el cuerpo hasta Colombia, los restos del pequeño Jesús David serían cremados y traídos en una urna para que su familia le brinde el sepelio en Girón.
El menor de 6 años cursaba el grado transición en el Colegio Fe y Alegría de Girón antes de partir hacia Estados Unidos.
La tía de los menores precisó a Vanguardia que, desde que ocurrieron los hechos, han tenido serios problemas con la familia paterna de los menores. Según ella, culpan a Yiini Paola de la muerte y desaparición de los niños.
“Seguimos recibiendo amenazas de muerte, nos culpan como si hubiéramos sido los responsables. Me toca irme del barrio porque llegan a la casa a hacerme escándalo, toca llamar a la Policía y vivir con las puertas cerradas. Ya mi papá puso un denuncio, nos dicen que así como mi hermana mató a los niños, que no nos van a dejar tranquilos”, concluyó Yulitza Galán.
Así fue la tragedia
Yiini Paola Galán Herazo, de 23 años, salió con $130 mil de su vivienda en el municipio de Girón con el propósito de buscar el sueño americano y conseguir mejores oportunidades para brindarles a sus dos hijos.
Luego de varios meses recorriendo diversos países del continente, todo se vino abajo el pasado sábado 11 de noviembre, cuando faltaba el último tramo antes de alcanzar su destino.
Llegaron hasta el río Bravo, a su paso por la ciudad de Piedras Negras, estado Coahuila, en el norte de México, y debían cruzar para llegar hasta la ciudad Eagle Pass, Texas, Estados Unidos.
“Ese día íbamos pasando el río con bastante gente. Hubo un desespero de un compañero, en ese desespero él como no me soltaba de la mano, se agarró de mí y ahí fue donde todos caímos encima de todos y se me soltaron los niños en ese río”, dijo la madre recientemente en una entrevista con Vanguardia.
La joven se quedó esperando si alguien lograba sacar a sus hijos, pero no hubo nadie que le ayudara. Decidió entregarse a la patrulla fronteriza esperando el rescate.
“No me ayudaron y duré solo un día en la frontera y luego me enviaron vía terrestre, más de 30 horas, a un refugio en New York. Ahora no sé nada, me dijeron que tenían unos grupos de ‘coyotes’, pero eso es mentiras”, expresó la progenitora.