Erin Patterson, la mujer australiana que compareció el pasado viernes ante un tribunal acusada de envenenar el pasado julio a tres familiares con setas durante una comida en su casa, ya había intentado asesinar a su exmarido con sustancias tóxicas en al menos tres ocasiones.
Según documentos judiciales citados por medios locales, la acusada, de 49 años, había intentado asesinar a su exmarido, Simon Patterson, de la misma edad, en noviembre de 2021, en mayo de 2022 y en septiembre de 2022.
Aunque en un principio las autoridades no precisaron qué método creen que empleó, el informe de la Policía de Victoria indica que en las tres ocasiones el hombre se puso enfermo después de comer y casi fallece en mayo de 2022, lo que sugeriría un intento de intoxicación.
El propio Simon Patterson tenía previsto asistir pero finalmente no fue a la trágica comida del 29 de julio, cuando su exesposa invitó a su casa en de la localidad de Leongatha a comer una ternera Wellington a sus exsuegros, Don y Gail Patterson, y a Heather Wilkinson (hermana de Gail) y su esposo Ian Wilkinson, un pastor religioso.
Don y Gail Patterson, de 70 años, fallecieron, al igual que Heather Wilkinson (66 años), entre el 4 y el 5 de agosto pasado, tras sentirse gravemente enfermos después de la comida, mientras que Ian Wilkinson logró sobrevivir al cabo de varias semanas hospitalizado.
Ante las sospechas de envenenamiento que surgieron a los pocos días, la acusada se declaró inocente y alegó que ella misma se había puesto enferma y se curó gracias a un medicamento protector del hígado que le suministraron en el hospital.
También alegó que sus hijos habían comido las sobras del guiso sin que su salud se viera afectada.
Los informes de toxicología sugieren que las víctimas fueron intoxicadas tras consumir la mortífera amanita phalloides, también conocida como oronja verde, uno de los hongos más letales conocidos.
El pasado año, el estado de Victoria en el que reside Patterson había lanzado una campaña de prevención sobre los peligros de esta seta para evitar intoxicaciones accidentales.
En agosto Erin Patterson, explicó a la Policía que compró los hongos frescos y deshidratados que utilizó en la elaboración del supuesto plato tóxico en un supermercado y una tienda asiática, respectivamente.
Patterson, que se ha declarado inocente desde el principio del caso, compareció este viernes por primera vez ante un tribunal aunque no tuvo que declarar ante el juez.
La defensa de la acusada, quien afronta tres acusaciones de asesinato y cinco de intento de asesinato, accedió a la petición de la Policía de aplazar 20 semanas el juicio para analizar el material informático requisado el jueves en su casa, por lo que la próxima vista no tendrá lugar hasta el 3 de mayo.
Las autoridades policiales registraron el pasado jueves la vivienda de Patterson con perros especializados en detectar aparatos electrónicos como parte de las investigaciones en torno a este caso que ha tenido una fuerte cobertura mediática internacional y ha conmocionado a la pequeña localidad australiana de Leongatha.