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¿Improvisación pone a tambalear mesa de diálogo con “Mordisco”?

El Gobierno y el EMC instalarán la mesa este domingo, aunque la guerrilla ha insistido que está dispuesta a suspender todo si no hay cese al fuego. Le contamos cómo llega cada delegación.

La hora cero para negociar con las disidencias más grandes de la extinta guerrilla de las Farc llegó en medio de amenazas y máximas tensiones para un cese al fuego que, al parecer, no arrancará este fin de semana.

A un día de la instalación oficial de la Mesa de Negociación con el EMC –programada para la mañana de este domingo desde Tibú, Norte de Santander– el Gobierno aún estaba preparando todo el papeleo necesario y coordinando detalles con el comandante de esa guerrilla, alias Iván Mordisco, y sus emisarios.

Una muestra de ello fue que varios delegados del Gobierno de Gustavo Petro y de ese Estado Mayor Central llegaron a Tibú desde el jueves para ajustar la agenda y el papeleo en reuniones presenciales.

Pero ni ese encuentro fue suficiente para calmar las tensiones. A pocos días de sentarse a negociar, la guerrilla salió a darle un ultimátum al Gobierno asegurando que “sin cese al fuego no hay mesa”, una exigencia difícil teniendo en cuenta lo complejo que es instalar un mecanismo de cese al fuego bilateral con un grupo tan poderoso como ese.

EMC y su alto poder de daño

A propósito de ese tema, es importante recordar que el Estado Mayor Central es el tercer grupo armado ilegal más poderoso del país.

Los dos primeros lugares los ocupan el Ejército de Liberación Nacional, ELN, con cuyas tropas también hay un proceso de paz activo; y el Clan del Golfo, organización criminal que también está en la lista de la paz total de Petro, pero sin tantos avances.

Según información de inteligencia militar, el EMC tenía para abril de este año unos 3.430 integrantes, 2.190 de ellos armados y 1.240 en redes de apoyo urbanas.

Con eso, el autodenominado Estado Mayor se situó muy por encima del otro grupo armado descendiente de las extintas Farc: la Segunda Marquetalia comandada por Iván Márquez, cuyas tropas tienen 1.000 hombres armados, según los cálculos del Ejército.

En este punto es clave recordar que ambos grupos tienen orígenes distintos. Mientras que el grupo de Márquez surgió tras traicionar el Acuerdo de Paz y retomar las armas, el del EMC fue un bloque completo que se negó desde el principio a firmar la paz y, por ende, aún conserva un claro estatus político que se les concede a las guerrillas.

De hecho, es gracias a ese estatus que el Gobierno puede dialogar con ellos, pedir levantar órdenes de captura y pactar ceses, entre otras cosas.

Un grupo difícil

Sin embargo, en ese mismo origen radica también la dificultad para negociar con el EMC, una guerrilla que ya conoce de procesos de paz y que ya abandonó una vez ese camino sin importarle las consecuencias.

En efecto, Mordisco y su tropa abandonaron el entonces Proceso de Paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos argumentando que se trataba de un proceso para desmontarlos y debilitarlos sin un cambio real, por lo que está claro que ellos pondrán sobre la mesa aún más condiciones de las que pusieron en su momento las Farc.

¿Estará dispuesto el Gobierno Petro a ofrecer aún más garantías y beneficios que los que ofreció Santos? La respuesta es que sí, que es probable teniendo en cuenta que el mismo jefe de Estado perteneció a la guerrilla del M-19 y que, además de esa suerte de afinidad política, también está de por medio su meta de la paz total: la máxima bandera de este Gobierno.

El perfil de los negociadores

Así las cosas, en la mesa de negociación que se instalará este domingo se esperan pesos pesados de ambos lados para negociar.

Del lado del Gobierno, Petro envió como jefe negociador al reconocido experto en Paz, Camilo González Posso, un hombre que dirigió Indepaz y que conoce de cerca los actores armados y su poder en los territorios.

Del otro lado, el EMC envió como jefe negociador a Andrey Avendaño jefe del autodenominado frente 33 de las disidencias de las Farc que, al igual que Mordisco, es un antiguo integrante de las Farc que se negó a firmar el Acuerdo de Paz y continuó en las armas.

Sin embargo, detrás de ambos estarán altos mandos guiando el paso a paso de la negociación. Pese a la designación de González Posso, por ejemplo, está claro que el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, también vigilará esta negociación de cerca. Y lo mismo con el EMC, desde donde se espera una línea directa de Mordisco.

¿Se instalará la Mesa?

Con todo eso, el país está a la expectativa de la instalación oficial de la Mesa de diálogos con el EMC. Si el evento se da como está previsto, el Gobierno Petro iniciaría el segundo proceso más importante de su paz total, superado solo por el ELN.

Pese a eso, existe una pequeña posibilidad de que el anuncio no se dé mañana y aplacen la instalación por un par de semanas más.

En diálogo con este diario, una fuente del Gobierno confirmó que “aunque todo está dado para firmar mañana y ya hay prensa confirmada, con el EMC no se sabe porque han estado exigiendo varios puntos difíciles de acordar para el domingo”.

Así las cosas, mañana mismo se conocerá si el Gobierno sí concreta esa mesa, o si en el camino se enreda la paz como ya ha ocurrido con el Clan del Golfo y otras bandas más pequeñas.

“Por ahora lo que pedimos es que se sienten ya y abandonen el uso de las armas. La comunidad no resiste más ataques entre grupos que nos vienen prometiendo la paz desde hace un año y sin entregar resultados”, dijo una agrupación de líderes sociales del Cauca, uno de los sitios donde más afectaciones ha habido por las confrontaciones que libra el Estado Mayor Central.

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