uando Oliver Ariza Molina abrió su puesto de venta de verduras y frutas en la entrada de su casa en la carrera 49 con calle 28, en el barrio Albania, los sicarios ya vigilaban…
Ariza, de 36 años, estaba sumido en su rutina de trabajo mientras los gatilleros permanecían a media cuadra orquestando un maquiavélico plan para atacarlo. Estaban resueltos, por eso esperaban.
Oliver llevaba solo unos meses con ese ‘puestico’, lo montó con un tío pero ya tenía su clientela. La presencia de los vecinos que llegaban a comprar, les impedía matarlo. Por eso pasaron mucho tiempo observando, calculando cómo caerle en el momento preciso; incluso uno de ellos bajó la escaleras de la calle ciega.
Aparentando que iba de afán, el pistolero se apareció con el casco puesto y le pidió una ensalada de frutas a Oliver. Se sentó en un andén al frente y desde allí seguía atento los movimientos.
Habrían pasado unos 40 minutos. Oliver atendía por última vez a su clientela.
Cuando ya no hubo clientes, Oliver dio la vuelta y entró a su vivienda. El sicario se paró de inmediato, sacó su arma y desde la puerta le hizo 5 disparos.
Una bala lo alcanzó en el cuello y lo derribó. Cuando lo vio caer, corrió por las empinadas escaleras; al final de los peldaños lo esperaba el cómplice a bordo de la motocicleta.
Las detonaciones causaron pavor en la cuadra. Después de que cesaron, los vecinos se acercaron a la casa de Oliver. Lo hallaron tendido en la sala, malherido. Lo arrastraron hacia la entrada donde gritaban ayuda. Al ver que no llegaba una ambulancia y Oliver agonizaba, un vecino taxista se ofreció a llevarlo al hospital.
En cinco minutos llegaron al Universitario. Allí le hicieron maniobras de reanimación y lo ingresaron a cirugía pero horas más tarde confirmaron que no había resistido y falleció.
La Policía activó las alarmas para la búsqueda y localización de los sicarios con las características suministradas pero no los atraparon.
Horror ante ola de sicarios
Nueve ataques de sicarios se han registrado en Bucaramanga en junio y apenas inicia el mes. Los bumangueses están consternados ante la inseguridad y violencia que se vive en las calles.
Ninguno de los ataques recientes ha sido esclarecido, pero la Policía Metropolitana de Bucaramanga informó que, “cuatro de estos casos tienen que ver con intolerancia y tres más hacen parte de los procesos investigativos que adelanta la Sijin”.