El amor por el arte y la comunidad son dos pasiones que acompañan a Flor María Rojo Pérez desde siempre, una ‘profe’ de Girón que desde sus 14 años comenzó con diferentes iniciativas sociales en el Magdalena Medio que la acumularon de experiencias para aportar significativamente a las mujeres y los niños en Girón, Santander.
Fue así como la ‘profe’ Flor abrió las puertas de su casa hace quince años y decidió crear la Fundación Solmujer, en la que trabaja con estas poblaciones en todos los rincones del municipio.
“Lo maravilloso del trabajo en comunidad es poder aprender de ellas y ser una guía para ellas”, afirma la fundadora, quien es partidaria de escuchar a las mujeres y apoyarlas en lo que necesiten.
Además de su fundación, Flor María cuenta con un colectivo de escritores y artistas de Girón. “Yo soy totalmente autodidacta, empírica. Dios me dio el don y el gusto de trabajar por la comunidad”, cuenta la ‘profe’. A sus 56 años, esta mujer cuenta con múltiples premios y reconocimientos que también la impulsan a seguir trabajando por las mujeres, los niños y dejar una huella a través del arte.
Anécdotas que marcan
En una de sus actividades con mujeres, Flor recuerda que luego de una charla de género, una de las asistentes se quedó pensativa sobre su relación matrimonial al final del encuentro.
“Cuando se terminó el evento me dijo: doña Flor, se acabó mi maltrato. Hoy comprendí que yo sí me puedo separar de mi esposo, por muchas cosas de la vida que me han pasado y me ha chantajeado”, recuerda Flor María. Luego de esta experiencia, la fundadora de Solmujer tiene claro que toda iniciativa social tiene una repercusión positiva en la vida de los demás.
Una frase que la motiva
El respeto y la disciplina son dos valores que Flor María tiene muy presentes siempre que trabaja con su comunidad en Girón. Además, también es partidaria de una frase que mantiene presente como lideresa: “los triunfos son mejores acompañado”.
Flor María es una convencida que el primer paso es la economía de las mujeres, por lo que siempre está dispuesta a realizar diferentes actividades para que la comunidad con la que trabaja en los barrios de Girón pueda aprender siempre algo nuevo que le permita ver la vida de otra manera.
Además de la gente, el motor de Flor son sus dos hijos y sus dos nietos. Mientras el tiempo avanza, esta mujer seguirá apostándole a que su comunidad aprenda cada día algo nuevo.
