Desde las doce de la madrugada del pasado martes primero de agosto, los internos de la Cárcel de Máxima Seguridad de Palogordo iniciaron lo que denominaron una desobediencia pacífica e indefinida para hacer visible su petición de buscar mejoras en su sistema de salud actual.
El patio número tres, conformado por presos políticos y sociales, inició una huelga de hambre desde tempranas horas de la mañana tras el comunicado público que se compartió el 31 de julio por parte del Movimiento Nacional Carcelario, MNC, en el que expusieron su pliego de peticiones.
En este comunicado, los internos señalaron que la entidad Sersalud “no cumple y somete a la población privada de la libertad a morir lentamente por falta de atención oportuna”.
Asimismo, expusieron el caso del privado de la libertad, Mario Oyola Salazar, quien actualmente padece de sífilis. Al respecto, expresaron su solidaridad, exigieron que fuese atendido por un médico especialista e hicieron pública su huelga de hambre por este caso en particular.
“Vuelve a darse la misma situación que se presentó en la cárcel modelo, los motivos son los mismos: salud y alimentación. La Uspec es la responsable de la alimentación y toda esa época ha sido llena de investigaciones y quejas”, afirmó Hernando Mantilla, defensor de los derechos carcelarios, quien señaló que la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios debería ser liquidada porque “le está haciendo daño al sistema penitenciario”.
Habrá reunión
Por su parte, los internos esperan que hoy, 2 de agosto, lleguen la Defensoría del Pueblo y la Personería para una reunión con los internos en horas de la mañana.
En la noche del pasado martes también se conoció que los privados de la libertad de la cárcel Modelo de Bucaramanga también entraron en desobediencia y no recibirán alimentos.