A menos de diez días que el presidente de la República, Gustavo Petro, haga su primer discurso ante el Congreso de la República para presentar el balance de lo que lleva de mandatario nacional, la consolidación de unas nuevas mayorías en el Legislativo siguen en el congelador.
La tarea, que le corresponde al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, pareció avanzar de micrófonos para afuera porque en la realidad por las vacaciones de mitad de año de los congresistas y en particular por la tensión política, es poco o nada lo que se ha avanzado.
Tras el cierre de la legislatura el pasado 24 de junio, incluyendo las extras, la mayorías del gobierno quedaron seriamente golpeadas, esto porque los partidos conservador y de La U se fueron como independientes, mientras que el Partido Liberal se mantuvo como gobierno pero se dividió. Dicha división fue lo que le ayudó al gobierno para que pudiera tramitar en primer debate las reformas sociales de salud y pensional.
Gracias a ese rompimiento de los liberales y a unos votos sueltos del Partido Conservador y de La U, fue que el gobierno pudo lograr entre otras la elección del nuevo presidente del Senado, Alexander López, la aprobación de las dos reformas sociales y la adición presupuestal que en algún momento pudo estar en riesgo.
Ese panorama demostró que las mayorías del gobierno en el Senado como en la Cámara quedaron muy débiles para la segunda legislatura, de ahí que el propio Velasco anunció que la coalición se iba a fortalecer especialmente con el apoyo individual y no institucional.
Dicha estrategia sin embargo no será tan fácil que lo logre el ministro del Interior, esto porque los congresistas se pueden ver expuestos a sanciones, como ya sucedió en el Partido Conservador, en donde fue sancionado por tres meses el representante a la Cámara, Jorge Alexander Quevedo, a quien le quitaron la voz y el voto por haber apoyado el trámite de la reforma a la salud.
La estrategia de Velasco es compartida por el saliente presidente de la Cámara, David Ricardo Racero, quien considera que la coalición se va a fortalecer con la presencia de los congresistas, de los diversos partidos, que están de acuerdo con las propuesta del cambio que hace el presidente Gustavo Petro, y que en este nuevo periodo de sesiones traerán además las reformas a la educación superior y a los servicios públicos, como también la continuación del trámite de las reformas pensional y de salud, como también el nuevo trámite de la reforma laboral que se hundió en junio pasado.
Tanto el ministro del Interior y como Racero, habían anunciado que en unos ‘retiros espirituales’ se definirá esa estrategia para en primer lugar fortalecer la actual coalición y por otro lado saber cuál será la agenda legislativa y los proyectos fundamentales. Gobierno y bancada del Pacto Histórico, tienen claro que llamarán a sus electores para que con marchas presiones al Congreso para aprobar las reformas del cambio.
Será tan sólo hasta el fin de semana y los días previos al 20 de julio cuando las negociaciones saldrán del congelador y el gobierno empezará a mostrar sus cartas de cómo recompondrá la coalición, misión que será paralela a la estrategia de la oposición de lograr consolidar una nueva mayoría.