Nunca se quejó de nada, por eso las extrañas circunstancias en que murió tienen consternados a sus familiares y conocidos.
El jueves en la noche, salió a tomarse unos tragos con un amigo. Bebieron hasta que decidieron regresarse a su vivienda en el barrio Cincuentenario de Barrancabermeja.
Cada quien se acostó a dormir, pero a la mañana siguiente cuando el amigo fue a buscarlo, César estaba en su cama ‘tieso’, no había duda de que muerto.
Horrorizado, dio aviso de inmediato a las autoridades.
Funcionarios del CTI de la Fiscalía acudieron para realizar la inspección técnica del lugar, pero el cuerpo no tenía signos de violencia, su cuarto no estaba desorganizado.
Decidieron trasladar el cadáver a Medicina Legal de Bucaramanga, para que el análisis forense pueda establecer las causas del deceso.
Aunque las autoridades dijeron de forma extraoficial que César habría sufrido un paro cardiorrespiratorio.
La nefasta noticia dejó en shock a Martha Romero Porras, su mamá. No tuvo fuerzas para acudir al instituto a identificar a su hijo.
Su esposo y su hija se encargaron del doloroso procedimiento legal.
César vivía con ellos en Lebrija, pero una oportunidad de trabajo lo hizo mudarse al ‘Puerto Petrolero’.
Allí supo ganarse el cariño de sus colegas por su responsabilidad y compromiso con su vocación.
“Con César trabajé en el primer semestre de 2020 como paramédico. Era una persona decente, muy callado, pero excelente profesional”, expresó un compañero.
