Rodeada de urbanizaciones, conjuntos residenciales y casas modernas, el barrio Los Cisnes puede decir que se codea con un status diferente.
Ubicado en la parte sur de Piedecuesta, desde hace 30 años, sus habitantes han buscado salir adelante gracias a su empuje, berraquera y constancia que caracteriza al habitante ‘garrotero’. Muchos son emprendedores, han formado sus negocios en el barrios y otros, ya pensionados, buscan por su tranquilidad, pasar los últimos años de vida.
Los Cisnes es un barrios con un ambiente popular, un clima agradable y rodeado de sectores como Paseo Real II, Paseo del Puente II, Bulevar del Puente y Portal del Valle.
Tiene tiendas, panaderías, comercio que hace que su economía crezca a diario, pero carece desde su creación de proyectos de sano esparcimiento.
Los inicios de este barrio se remontan a 1990 cuando se comenzó a lotear.
El terreno era una finca privada que se fue vendiendo por hectáreas, para así formar su auto construcción como barrio.
Se llamó Los Cisnes, porque toda la gente sabía que el dueño de esta finca tenía aquellos animales blancos que eran atracción en el sector.
Hoy, su entorno es diferente, pero aún se conserva parte de la hacienda central, que de esa época fue su punto de concentración.
“Para muchos es un paraíso. Quienes tenemos nuestra propia casa es un vividero que Dios nos dio. En comunidad nos hace falta mucho, pues tenemos que unirnos para poder tener muchas más cosas como barrio”.
“Nos falta inversión social, parques, salón comunal, vías alternas y el compromiso de todos, comunidad y autoridades locales, para que el barrio crezca y entre todos construyamos un sector soñado”, comenta Néstor Tavera, presidente de la JAC.
Promesas inclumplidas
Desde el 2014 la comunidad del barrio Los Cisnes continúa esperando sus espacios para el desarrollo de obras de urbanismo en beneficio del sector.
En ese entonces se creó la Asociación de Vivienda y entregó las áreas de cesión entre ellas La Casona donde se busca sirva el salón comunal, terrenos para los parques y las áreas comunes, pero han pasado los Gobiernos Locales y no se ha podido construir nada; las áreas comunes siguen en vilo.
Desde 1998 está aprobado el urbanismo para el barrio, sin embargo, la Asociación que lo construyó, no había entregado las áreas de cesión al ente territorial por lo que durante 16 años no fue posible la concertación. Hoy, ésta ya está, pero según sus residentes, ha faltado más voluntad del Gobierno para darle una mirada positiva a los proyectos.
“No hay escenarios deportivos, ni áreas de recreación. El barrio está en una puja jurídica entre la antigua asociación y la Administración Municipal”.
“No se han recibido las áreas del barrio, los terrenos están pero no se puede hacer nada, pues la Alcaldía y los gobiernos que pasan, tienen descuidado al barrio. Todos acá pagamos impuestos, tenemos servicios, pero no hay una mirada positiva a proyectos que beneficien la comunidad”, manifiesta el presidente de la JAC.
“Corazones Alegres”
El grupo de la tercera edad nació hace 11 años. Son 40 personas que se han involucrado en este lindo proyecto llamado Corazones Alegres, que busca un beneficio común.
“Nos constituímos legalmente. A través de los programas del gobierno hemos sido partícipes de muchas actividades sociales para salir de la rutina. Hemos ido a Panachi, El Santísimo y otros lugares”.
“Además nosotros hemos realizado eventos para poder viajar y conocer nuestro país. Hacemos rifas y muchas actividades para poder tener dinero y así unirnos y salir a Bogotá, Boyacá, Cartagena, Santa Marta, en fin, para eso creamos nuestro grupo”, manifiesta María Alcira Jaimes, presidenta y líder del proyecto.