La institución confirmó que los 16 soldados y dos suboficiales del Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario No. 5, secuestrados el pasado 31 de mayo por el frente Darío Gutiérrez de las disidencias en la localidad de Baraya fueron evacuados el viernes en helicóptero hasta Neiva, capital del Huila.
Tras esta acción, «el dispositivo de las tropas de la Novena Brigada, cuya misión es la seguridad de nuestro personal desminador, así como de la comunidad, se ha reforzado», agregó el Ejército en un comunicado.
Otra medida adoptada tras la retención de los militares es la suspensión del desminado humanitario en este sector «mientras se reconfigura el dispositivo».
«Las operaciones de desminado humanitario pretenden habilitar los territorios para el libre tránsito y uso de sus habitantes, liberando a las comunidades del confinamiento, daños y el miedo que causan las minas antipersonal, armas prohibidas instaladas por los grupos armados organizados que violan el derecho internacional humanitario», agregó el Ejército.
Los disidentes de las FARC quemaron un vehículo en el que se transportaban los 18 militares desminadores a quienes les robaron detectores de minas y prendas de protección cuando el grupo se dirigía al caserío Río Blanco y hombres armados «bajo amenazas y de forma violenta, detuvieron el vehículo e hicieron descender al personal militar».
Por su labor, la tropa «no portaba armamento» pero los atacantes robaron equipos de comunicaciones y de protección, detectores e «incineraron el vehículo en el que se movilizaban».
El frente Darío Gutiérrez presuntamente forma parte del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC, que el fin de semana pasado amenazó a candidatos a las elecciones locales de octubre y a políticos, tras la ruptura del cese al fuego con el Gobierno colombiano.
Esa disidencia, dirigida por alias «Iván Mordisco», considera que la ruptura parcial del cese al fuego bilateral en los departamentos de Caquetá, Meta, Guaviare y Putumayo deja sin piso «los compromisos asumidos por las partes».
El Gobierno colombiano suspendió de forma parcial el cese el fuego bilateral con el EMC, luego del asesinato de cuatro indígenas menores de edad que intentaron escapar tras ser reclutados a la fuerza por el frente Carolina Ramírez, otro frente del EMC.
A pesar de este rompimiento, el Gobierno sigue dispuesto a instalar la mesa de diálogo con este grupo, liderado por guerrilleros que no firmaron el acuerdo con las FARC de 2016, aunque aún no hay fecha prevista de inicio ni interlocutores.