Han pasado tres meses largos desde que Nairo Quintana encaró su última competencia, el Nacional de ruta en Bucaramanga, pero va para diez meses en los que no toma la partida en una carrera por etapas. La razón, ningún equipo de la máxima categoría lo quiere fichar.
Su “positivo” por tramadol en el Tour de Francia, y tras el cual fue descalificado del sexto lugar que logró, se convirtió en la piedra en el zapato para el boyacense, quien sigue tocando puertas para poder competir, más allá de que lo puede hacer. Quintana ha luchado hasta el cansancio para demostrar su inocencia, situación que al final no se dio en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
“Solo rezamos y cruzamos los dedos”, indicó el colombiano al confesar el infierno que vive al no poder estar dentro del pelotón mundial.
“Nos seguimos preparando y esperando el momento que se dé la oportunidad, todavía no podemos decir con certeza cuándo vamos a estar, solamente rezamos y cruzamos los dedos para que sea pronto”, reiteró el campeón del Giro de Italia-2014 y la Vuelta a España-2016 durante la presentación de su Gran Fondo, en Santander.
“Tengo la esperanza de volver a correr, seguimos entrenando muy fuerte, estoy en una buena condición y esperamos que sea posible con la bendición de Dios”, subrayó el tres veces podio en el Tour de Francia (en dos oportunidades subcampeón y en otra tercero).
El boyacense, de 33 años y quien junto a Fernando Gaviria son los corredores nacionales con más victorias profesionales en la historia del pedalismo (51), se refirió al presente del ciclismo criollo: “En la vida hay épocas de subidas y bajadas, épocas en donde se tiene que volver a podar, abonar y echar agua y cuidarlo para que nuevamente haya frutos”.
