El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, en su intención de ingresar a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, entrega más detalles sobre algunas de las masacres ocurridas en Colombia y las alianzas entre funcionarios, civiles, paramilitares y Fuerza Pública.
El exjefe paramilitar dijo que “hacíamos censos con el Ejército para controlar la alimentación que subían a la guardia indígena y campesinos con el pretexto de que esa alimentación no llegara a la guerrilla que combatíamos”.
El excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, sostiene que los paramilitares tenían a las personas censadas para controlar las geografías y expresó que estaba aliado con la institucionalidad. “Es cierto que el personero de la época era paramilitar, el señor Carlos Londoño”, comentó.
El excabecilla de ese grupo armado ha comparecido ante la JEP en tres sesiones que han tenido lugar en la última semana, en las que está entregando su versión sobre los hechos delictivos que vincularon a las Autodefensas en la década del 90.
Mancuso reconoció que “es cierto que los hombres que estuvieron bajo mi mando ejecutaban homicidios y se resguardaban tanto en la Policía como en la base militar de Tierra Alta, es cierto que compartíamos la inteligencia de manera conjunta, que en operaciones como las de Tierra Adentro estuvimos mezclados; y es cierto que era una persona del común que me rodeaba de las poblaciones y entraba a sus casas”.
La versión del detenido es que hubo coordinación con la Policía y el Ejército para las masacres ocurridas entre mayo, junio, julio y agosto de 1999, en las que señala que hubo participación de los generales Fernando Roa Cuervo y Bravo Silva.
