Cruzar por el puente que era su paso obligado, en el momento que se armó el caos por una comunidad enardecida contra un señalado ladrón, llevó a la muerte a Luz María Navarro Bonilla, una trabajadora de las confecciones de 58 años que al escuchar unos disparos, atemorizada, decidió salir de la casa de una amiga para ir a su trabajo. No avanzó más de 20 metros cuando un hombre la tomó como rehén y posteriormente la mató con un cuchillo.
La mujer residía en la primera edificación del costado de Barrio Central, al lado del paso vehicular ubicado en la carrera 54 con la calle 47A. Debajo de este puente pasa la quebrada El Hato y separa los barrios Central y Santa Ana, en Bello. A la 1:55 de la tarde del lunes, Luz María salió apurada justo al momento de escuchar unos disparos y le dijo a su vecina, “mejor me voy corriendo para seguir trabajando”, relataron algunos conocidos.
Cuando iba junto con su perro para el taller de confección donde estaba empleada, en el barrio Santa Ana, el hombre que era perseguido por la comunidad la tomó por el cuello y comenzó a intimidarla con un cuchillo, sin ella entender qué ocurría.
En medio del temor, una de las personas de la turba, que tenía un arma traumática hizo un disparo para ver si esta persona la soltaba, pero el efecto fue contrario: el criminal se ensañó con ella, propinándole dos puñaladas, una en la cabeza y otra en el cuello.
Apenas ella se desplomó por las heridas, parte de la gente furibunda la emprendió contra el señalado agresor. Otras personas montaron a Luz María en un taxi que la llevó a la Clínica del Norte, muriendo en el camino.
La persona que atentó contra su vida era perseguida luego de que un taxista gritara y pitara porque lo iban a robar, lo que generó indignación entre quienes estaban en la zona, la cual aumentó cuando Luz María fue apuñalada.
¿Quién era Luz María?
Los vecinos de los dos barrios que la vieron morir en sus calles limítrofes expresaron que era una persona carismática y sociable, que solía compartir con la comunidad que llegó a adoptarla, ya que era una mujer solitaria desde que llegó de Aguachica, Cesar, de donde era oriunda.
Su hogar era un pequeño cuarto donde tenía su cama y los utensilios básicos para cocinar. Allí dormía con su perro criollo, que se convirtió en su única compañía en la ciudad y el que estuvo a su lado hasta el día de su muerte, puesto que todos sus parientes se encontraban en el municipio del Cesar ubicado a 279 kilómetros de Valledupar (más de cinco horas de viaje).
“Era una persona que poco acostumbraba a hablar de su familia. Solo decía que estaban en Aguachica, pero al intentar entrar en detalles, evadía la conversación”, dijeron otros residentes, en medio de los lamentos por su muerte.
En cuanto a lo ocurrido con el habitante de calle señalado del homicidio de esta mujer, él permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Pablo Tobón Uribe, de Medellín, “siendo monitoreado por nuestros especialistas”, dijeron desde el centro asistencial.
Está bajo la custodia policial para iniciarle un proceso judicial por los delitos relacionados con el homicidio de Luz Marina y por el hurto no materializado al taxista. Se recupera en este hospital por dos heridas de arma de fuego en la espalda y una fractura en la pierna izquierda, además de las múltiples contusiones sufridas por la golpiza que recibió tras apuñalar a la mujer.
El abogado penalista Iván Durango explicó sobre el proceso que sigue contra esta persona: “Hablaríamos, inicialmente, de un homicidio agravado, cuyo delito contiene penas entre los 480 a 600 meses. También se podría encuadrar en esta conducta punible el hurto calificado, que se tipifica por la violencia usada. Este sería tentado porque no se logró consumar el hurto del taxi”.
Lo que concierne al intendente de la Policía que hirió al habitante de calle para reducirlo, puso a disposición el arma de fuego de dotación con la cual le disparó y actualmente no está detenido, pero sí vinculado a la investigación.
Un hombre, aparentemente borracho, apuñaló a la mesera de un negocio en Nechí, Bajo Cauca antioqueño, después de que ella le cobrara la cuenta por el consumo de varias cervezas y el agresor se negara a pagarlas.
Los hechos se registraron a las 12:10 p.m. del martes en el sector El Chispero, dentro de un establecimiento llamado Bebidas Boricua. La mesera, al ver la negativa de su cliente de responder por lo consumido, optó por quitarle un bolso que tenía. Por esta razón se presentó un forcejeo entre ambos, no solo por la deuda sino también por el bolso. El agresor sacó un cuchillo y apuñaló en dos oportunidades a María Isabel Carbonel Jiménez, de 38 años.
Gravemente herida, la trasladaron al Hospital La Misericordia, de Nechí, donde murió. Personal de la Policía Antioquia que se encuentra en este municipio inició la persecución del presunto victimario, un hombre de 77 años, y lo capturaron a pocas cuadras del lugar donde se produjo el hecho de intolerancia. Le encontraron un arma blanca, que sería con la cual atentó contra esta mujer.