Ocurrió pasadas las 9:00 p.m. del pasado viernes, cuando el joven descendía en su bicicleta por el empinado corredor vial, al parecer, a gran velocidad.
De acuerdo con las autoridades, en una curva perdió el control de su cicla y se encontró de frente con un camión de placas SKF-706, que iba en sentido contrario, rumbo a Cúcuta.
No hubo tiempo de nada, el vehículo pesado embistió al menor de edad, quien quedó muerte de una vez tras sufrir exposición de masa encefálica.
La Unidad Móvil de Criminalística de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga realizó el croquis y el levantamiento respectivo del cadáver, el cual ayer permanecía en la morgue del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
“Descanse en paz, mi niño. Siempre en nuestro corazones y siempre serás recordado en el Gravity”, expresó un amigo de la víctima en redes sociales.
‘Gravity bike’
El joven de 16 años era de nacionalidad venezolana y residía en la comuna 14, cerca de donde sufrió el accidente.
Algunos testigos afirmaron que la víctima solía hacer la temeraria práctica de ‘colgarse’ en la parte trasera de los vehículos de carga y subir hasta cierto punto de la vía, para luego bajar a gran velocidad.
A esto se le conoce como ‘Gravity bike’, que en español significa desafiando la gravedad en bicicleta, es un deporte extremo de alto riesgo que consiste en modificar la estructura tradicional de la cicla para lograr mayor velocidad.
El colectivo Gravitosos Bucaramanga se pronunció sobre lo ocurrido en este hecho.
“Lamentamos profundamente la muerte de un pelado joven y con muchos sueños por realizar, pero también pedimos muy humildemente que por favor seamos más conscientes de los peligros a los cuales nos exponemos siendo de manera directa los más perjudicados con estas situaciones. Hay horas adecuadas para este tipo de acciones”, expresaron mediante un comunicado.
Además afirmaron que debe haber “responsabilidad y compromiso con el deporte, uso de casco y protección para un descenso seguro (…) Estas situaciones hunden más está modalidad muy mal vista por toda la comunidad Santandereana”.
Pese a que para este colectivo esta práctica extrema es un deporte, la ciudadanía no la acepta y exige controles a las autoridades de Tránsito y Policía para evitar nuevos accidentes fatales.