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Rumba, comida y ventas: la fiesta que montó Iván Mordisco en el Yarí

Los labriegos asistentes al encuentro con el jefe de las disidencias el pasado 16 de abril podían comer pizza y motilarse.

La casa es de ladrillos rojos y tiene dos plantas. Al lado están los vestigios de lo que fue una piscina y, a unos pasos del pozo a medio llenar de una agua verdusca y enmohecida, está la casa de una planta desde la que alias el Mono Jojoy direccionó la expansión militar de las Farc durante la zona de distensión, en los diálogos del Caguán, entre 1998 y 2002.

La edificación de dos pisos está en el caserío La Sombra, vereda El Diamante, en las Llanuras del Yarí (Caquetá). Es conocida como la Casa Roja y fue habitada por el extinto jefe de las antiguas Farc Manuel Marulanda, Tirofijo, durante las fallidas negociaciones con el gobierno de Andrés Pastrana.

Fue en los terrenos de esta casa insigne para las extintas Farc donde el pasado 16 de abril alias Iván Mordisco, jefe del autodenominado Estado Mayor Central, anunció en medio del vitoreo de 6.000 campesinos que el próximo 16 de mayo se iniciarían conversaciones de paz con el Gobierno del presidente Gustavo Petro; y fue allí mismo donde durante tres días los labriegos asistentes a este evento gozaron de conciertos, pista de baile, acamparon y fueron censados por integrantes de este grupo armado ilegal a la entrada del evento.

“Nosotros llegamos desde el viernes y nos quedamos hasta el domingo cuando apareció el comandante. Tuvimos actividades culturales y también intercambiamos con personas que vinieron de otros lados”, contó un campesino a este diario con el compromiso de no revelar su nombre.

Un espacio para el comercio

Durante los tres días que duró el evento, los campesinos, afros e indígenas asistentes podían realizar cualquier tipo de actividad relacionada con el comercio. Es como si el caserío se hubiera convertido en un centro comercial a cielo abierto en el que podía conseguir desde una camisa, pantalones, blusas para mujeres, faldas, camisetas y un par de botas, hasta utensilios de aseo.

Fue así como a lado y lado de los caminos polvorientos se instalaron vehículos y carpas improvisadas para vender la ropa que los campesinos y los mismos integrantes del Estado Mayor Central compraron, algunos a módicos precios que los vendedores anotaban en cuadernos para llevar las cuentas o cobrar después.

A un lado de los locales comerciales improvisados, otros campesinos montaron ventas de cervezas y comidas para atender a los asistentes que durmieron en carpas desde el viernes 14 de abril hasta el domingo 16 cuando regresaron a sus parcelas tras encontrarse con alias Iván Mordisco.

“Acá conseguimos todo lo que necesitábamos. Usted se podía hasta cortar el cabello por solo 14.000 pesos, lo que vale un corte en otras partes”, contó un labriego.

Y si uno de los asistentes se sentía despeinado o que su corte de cabello ya no cuadraba, podía darse una caminada hasta la carpa improvisada en la que una mujer y su esposo cortaban el pelo hasta las siete de la noche, cuando ya la luz era escasa y no permitía hacer los cortes exigidos por los clientes que pagaban hasta 13.000 pesos por motilada.

Y es que a parte de los locales improvisados de ropa, durante el encuentro en los Llanos del Yarí al que “Mordisco” convocó a campesinos de todo el país a ir obligados como lo reveló EL COLOMBIANO, los asistentes podían comer papas a la francesa, comidas rápidas y hasta pizza cocinada en un horno artesanal; o podían escuchar grupos de música parrandera o bailable que se presentaron en la tarima cuyos bafles y sonido serían la envidia de cualquier DJ de los que se presentan en el país.

“Por la noche es que se armaban las rumbas y todo el mundo bailaba con todo el mundo, como si nos conociéramos de toda la vida”, relató el labriego a EL COLOMBIANO.

En se maremágnum, los integrantes de las disidencias del Estado Mayor Central se confundieron con los campesinos y cuentan que muchos, cuando no estaban en las labores de vigilancia, terminaban terciándose el fusil en la parte de atrás de la espalda y terminaban “pegándose la bailadita” con las mujeres del evento.

Aunque no se ha podido establecer de donde salió el dinero, las autoridades sospechan que toda la plata para pagar los grupos musicales, más el montaje del sonido, fue pagado por los bolsillos de alias Iván Mordisco, cuyo precio, solo en sonido, ascendería a los $10 millones por día.

Concierto de rap

La mañana del domingo fue la más esperada por los asistentes a Casa Roja. A las 11:00 a.m. arribó “Iván Mordisco” en un jeep de alta gama y portando un fusil Tavor X95, lo que llamó la atención por el alto costo del fusil y del vehículo.

Antes del acto, un grupo de jóvenes que viajaron desde Guaviare le cantaron canciones de rap al jefe disidente con coplas alusivas a la revolución que los jóvenes quieren emprender; y minutos después, un joven guerrillero que se identificó como Félix Dzerzhinsk, hizo lo mismo con un discurso que parecía leído de un telepronter.​

Luego apareció “Iván Mordisco”. Como una estrella de cine fue abordado por periodistas que no cesaban de tomarle fotos y se alejó del evento en medio de aplausos y de agradecimientos por los días de rumba en el Yarí.

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