Katy Perry y Orlando Bloom han estado juntos durante siete años, experimentando altibajos en su relación.
Se comprometieron en 2019 y dieron la bienvenida a su hija en 2020, pero también atravesaron una ruptura de siete meses en 2017.
Para mantener la estabilidad en su relación, la pareja prioriza la comunicación y recientemente llegó a un acuerdo para reducir el consumo de alcohol.
La intérprete de Roar hizo la revelación durante un evento en Nueva York, donde celebraba con Ryan Seacrest, Lionel Richie y Luke Bryan, sus compañeros en American Idol, el inicio de una nueva temporada del reality. “He hecho un pacto con mi pareja y quiero dejarlo. No puedo ceder, hice una promesa. Tres meses”, expresó la artista.
Katy ha tenido problemas con el consumo excesivo de alcohol en el pasado, pero ahora le prometió a su pareja que se abstendría de beber durante seis meses, según contó durante un evento en Nueva York con sus coprotagonistas de American Idol y admitió que no puede beber como solía hacerlo cuando tenía 20 años.
“Tengo 37 años, así que no puedo beber como cuando tenía 20 años. Entre semana tomar un par me saca del juego de la presencia durante uno o dos días, así que me gusta tener un poco de autocontrol y luego tener cenas con amigos y demás los fines de semana”, manifestó la cantante.
Katy ha enfrentado muchos desafíos en su vida, incluido el divorcio del comediante Russell Brand después de 14 meses de matrimonio y luchas con su carrera musical, particularmente con su álbum Witness.
Reconoció que la depresión la llevó a tener intenciones muy negativas. “Escribí una canción sobre suicidio. Estoy avergonzada de tener esos pensamientos”, le dijo a Vogue Australia. En ese momento, la fe también la ayudó a salir adelante. “Mi esperanza es que algo más grande que yo me creó por una razón, y que no soy desechable, que cada persona que ha sido creada tiene un propósito”, concluyó.