Orlando Bloom celebró sus 47 años de manera peculiar el pasado 13 de enero, disfrutando de la nieve en traje de baño y compartiendo un relajante momento en un jacuzzi con amigos, como reveló en una historia de Instagram. Agradeció los deseos de cumpleaños, aunque su prometida, Katy Perry, no estuvo presente en la celebración, marcando otra ocasión especial que la pareja disfrutó por separado recientemente.
La ausencia de Perry se hizo más evidente cuando Bloom asistió solo a los Globos de Oro y a las fiestas posteriores en Los Ángeles el 7 de enero. Mientras tanto, Perry, de 39 años, optó por hacer snowboard en Aspen. La decisión de Perry de no acompañar a Bloom en los Globos de Oro ha generado especulaciones sobre el futuro de la pareja, comprometida desde 2019.
Algunos han expresado preocupación sobre si la boda se llevará a cabo, señalando la falta de planes concretos y revelando una discusión por la decisión de Bloom de asistir al evento en lugar de las vacaciones planeadas en Aspen.
Las fuentes cercanas han alimentado las especulaciones, destacando que Perry y Bloom han enfrentado desafíos en su relación. A pesar de admitir que su conexión requiere esfuerzo, han mencionado la terapia de pareja y el uso de un calendario compartido como herramientas para mantenerse en sintonía. Sin embargo, problemas recientes, como la disputa sobre los Globos de Oro, han surgido, y algunos consideran que podrían indicar problemas más profundos en la relación.
Bloom ha reconocido las diferencias en sus mundos, describiéndolos como “dos mundos muy diferentes”. Aunque han experimentado dificultades emocionales y creativas, ambos valoran su conexión, especialmente en relación con su hija Daisy, de 3 años. Sin embargo, a pesar de vivir juntos, la pareja parece llevar vidas separadas, con Perry centrada en su trabajo en “American Idol” y su línea de zapatos, mientras que Bloom prefiere actividades llenas de adrenalina.
Después de una ruptura en 2017 y una reconciliación un año después, las fuentes indican que la pareja podría encontrarse en un momento en el que ya no están tan interesados en salvar su relación. A pesar de expresiones de agradecimiento mutuo y apoyo, la sensación es que Perry y Bloom han dejado de esforzarse, y la consejería que solían tener parece estar en el pasado.
