Santiago es considerado un milagro de vida en la familia Ocampo Banda, y lo es también en la vida de otras personas, como la educadora de una institución en la que cursó transición, quien les confesó a los padres del menor Yaleth y Jhon Freddy, que declinó la intención que en algún momento tuvo de quitarse la vida, viendo como afrontaba la vida el pequeño, a pesar de su discapacidad.
Cuenta su familia que tras las primeras radiografías del vientre les indicaron que el niño iba a nacer sin sus dos piernas y sin una de sus manos.
Ante este panorama, todos se dedicaron orar y su abuelo paterno, Víctor, enfocó sus oraciones en pedir que, si no iba a tener las extremidades, estas ausencias le fueras sustituidas con inteligencia. Para sorpresa de todos y distinto a lo que mostraban las radiografías, el niño nació con sus dos piernas.
“No se imagina usted la emoción que me dio verlo completo en sus extremidades inferiores. Si le faltaba una mano y salió con dedito equino, como denomina los médicos el hecho de tener solo dos dedos en los pies, pero esperábamos un panorama más adverso”.
Su padre reconoce que la primera parte del proceso fue “dura”, pero con los días se dio cuenta que su hijo era “un niño que inspira” y así se lo ratifican hechos como el que sucedió con la profesora, a la cual “Santi le cambió la vida”.
Quiere ir al mar
Por su parte, Santiago deja a un lado la adversidad en el día a día y con orgullo le contó a Q’HUBO, que le gusta mucho ayudarle a la mamá en las labores de la casa: “barro, trapeo, lava los platos”.
También tienen grandes cualidades para la pintura y disfruta desplazarse a alta velocidad en su patineta, incluso por las inclinadas lomas de Robledo, lo que le pone los nervios de punta a su mamá.
Aunque su gran pasión está en el agua: “Me gusta mucho ir a piscina, me han llevado a toboganes y me encanta el mar”.
Cuentan sus padres que ya lo llevaron a Coveñas, donde se le vio muy feliz, pero él está empeñado en volver al mar, por lo que está recogiendo dinero en una alcancía para “ir a San Andrés”.
“Yo le digo que es un cohete, porque todo lo hace muy rápido. Él es nuestro milagro”.
Víctor Ocampo, abuelo
Si alguien quiere sumarse a la causa y ayudarle a llenar su alcancía, bienvenido sea, pues su madre tuvo que sacrificar su profesión de psicóloga, para dedicarse a su cuidado y educación, mientras que su padre es ebanista, pero debe invertir mucho tiempo en su hijo, por lo que en ocasiones debe relegar las funciones de su oficio.
Por fortuna, destacan ellos, les ha ido muy bien con la EPS Salud Total, quien con un especialista los ha acompañado en todo el proceso que requiere un infante con sus condiciones.
A propósito, el menor de la familia Ocampo Banda, quien ya ha sido sometido a tres intervenciones desde su nacimiento, tendrá una nueva cirugía en los próximos días.
“Él ha tenido que pasar por varias cirugías, una de ellas para extenderle las rodillas, porque antes tenía que desplazarse siempre corriendo para poder mantener el equilibrio y no caerse. Al principio se ponía nervioso con estos procedimientos, pero después él mismo vio la mejoría con ellas y ya las afronta de manera más tranquila”. Comentó su madre.
Lo encuentran en redes
Con el acompañamiento de sus padres, también invierte tiempo en Instagram, red social en la que lo encuentran como ‘lasaventurasdesanti’ y en la que tiene un lema afín a su historia de vida: “Yo celebró las diferencias que nos hacen únicos”.
