Publicidad

“En la pandemia pasamos hambre y me cortaron los servicios”: Lady Tabares

Tras 12 años de prisión en la cárcel de Pedregal y ya en libertad, la protagonista de la película La vendedora de rosas habló del duro momento que está atravesando, su faceta de empresaria y su relación con su familia.

De primerazo a Lady Tabares se le nota una profunda tristeza. De la Lady que protagonizó la película La vendedora de rosas y estuvo en el Festival de Cannes en 1998, a la que todas los reflectores le apuntaron en la alfombra roja, solo quedan los recuerdos, y la mayoría están en el olvido.

Va para los 41 años. Tiene el pelo corto con mechas amarillas. Los brazos y las piernas están llenos de tatuajes de rosas, unos ocho. Lady está en la terraza de su casa que queda en un tercer piso. Allí tiene un galpón de pollos que por día ponen 14 huevos.

También tiene cuatro gatos: Pily, Cataleya, Jack y Manchas que la acompaña desde que estaba en la cárcel, se vino con él. Llegó a tener nueve gatos en su casa: antes de la pandemia se le murió Estrella debido a un problema en los riñones y después otro que recogió de la calle también falleció. Cuando estuvo en prisión alcanzó a criar 32 gatos.

Hasta hace un par de días su nombre volvió a resonar luego de que la misma Lady se sincerara con sus cientos de seguidores en Instagram. En una publicación que acompañó con una foto suya cuando era niña, a blanco y negro, les contó que atraviesa un duro momento. Dijo que vive “una guerra muy grande con la depresión” desde que salió de la cárcel.

En la publicación dice que le “duele el alma”. ¿Qué siente, Lady?

“No sé si fue por la cárcel porque pasé toda mi juventud en ese encierro y no estuve con mis hijos y mi familia, pero salí siendo una mujer muy depresiva, en la cárcel tuve periodos muy difíciles tanto que pasé por psicólogos y psiquiatras. Afuera, la verdad, no he buscado intervención profesional, solo que tuve una recaída emocional muy grande, me vi en un abismo donde pensé muchas locuras. Uno llega a un punto que de tanto cargar colapsa. Y eso fue lo que pasó realmente”.

¿Qué ve en esos abismos a los que se refiere?

“Una soledad que no me gusta, que agobia, que hiere mucho. Disfruto de mi compañía, pero cuando son esas soledades que te aporrean el alma, que te hacen sentir desamor, se siente como un cáncer que te come de a poquito. Lo peor que le puede pasar al ser humano es sufrir la enfermedad del desamor, entonces eso es lo que veo”.

¿Con qué lidia en estos momentos?

“Con el desamor de mi familia y no los culpo, porque no me levanté con ellos, entonces que me quieran como yo los quiero no es algo que yo debí esperar. Y aprender a manejar esto para mí ha sido muy complejo. Ya mis hijos son adultos, no hay una mala relación con ellos, pero no hay amor, no siento amor de hijos. Procesarlo ha sido muy difícil porque el amor de la familia es para toda la vida, pero si no existe”.

¿Cómo recuerda a la Lady Tabares cuando entró a la cárcel?

“Tenía unos 20 años, era la misma, muy luchadora, pero cargando siempre con lo mismo, un desamor muy grande, nunca he podido entender el porqué, pero eso es lo que a mí realmente me pasa”.

Y luego la Lady en libertad…

“Yo entré con sueños y salí con sueños. En el proceso y la condena a mí se me acaban los sueños, por eso tuve varios intentos de suicidio en la cárcel, pero cuando aparece la luz de libertad me digo que hay un porqué volver a soñar, y esos sueños siempre han estado enfocados en la familia, en la vida de Lady no hay nada más fuerte que la familia. Y cuando salgo sí, mucha alegría por mi llegada, pero con el paso de los días he visto la realidad de las cosas y no me siento como un integrante más de la familia”.

¿Cuáles son sus sueños?

“Organizar la casa, porque de los mayores regalos que me ha dado la vida realmente fue esta casa que nos sacó de Niquitao, de un barrio que amo, pero que no nos brindaba un futuro”.

¿En qué paró su condena?

“Ya la terminé, realmente tengo que ponerme en pro de que me certifiquen mi libertad. Estoy feliz por ese lado, aunque eso quedará en mí de por vida, tener que cargar con algo en lo que no tuve que ver. A veces en las redes veo comentarios pesados, pero aprendí a manejar el cargar con el señalamiento, al principio sentí mucho miedo, llegué a pensar que me podían matar”.

¿Le da miedo salir a la calle?

“No, salgo más tranquila, pero muy incómoda y no es ni siquiera por miedo, sino porque como no soy tan callejera veo que la ciudad cambió. Me gusta salir sola, lo disfruto. Salgo por cuestiones de trabajo, más como a reuniones. O con alguna amistad que me invita”.

¿De qué vive Lady en la actualidad?

“Por un tiempo trabajé con una empresa de movilidad, pero ahora hay empresas que me llaman para hacerles publicidad a los negocios. De eso es lo que vivo, no tengo una entrada fija”.

¿Qué pasó con su emprendimiento Lady Rouse?

“Es ese hijo que está en proceso, sacarlo adelante ha sido muy difícil porque no tengo el apoyo económico ni empresarial. La primera colección que se sacó fue un fracaso, no sé si fue por haberla sacado en plena pandemia, pero no nos funcionó, eso me dio muy duro. Sigo ilusionada porque Lady Rouse es un sueño que se creó en un proceso muy difícil, va despacio, pero es lo que me mantiene motivada. Se viene una nueva colección por ahí en un mes, eso me tiene muy feliz y con mucha expectativa”.

¿Cómo fue su situación durante la pandemia?

“Me pasó de todo, afortunadamente no me dio covid, pero fue muy horrible porque con mi familia pasamos hambre, me cortaron los servicios. En ese momento también me quedé sola, tanto por parte de mi pareja como de mi familia. La pandemia la pasé muy sola, no tuve el apoyo de ellos, pero sí recibí el apoyo de Víctor Gaviria y el escritor Édgar Domínguez”.

¿Se le acabó el matrimonio?

“Realmente no nos hemos separado, pero es una relación muy compleja, yo creo que me dejé llevar mucho del amor, todo pasó muy rápido, no medimos quién era la otra, nos desbocamos, nos hicimos mucho daño. Nos dejamos, retomamos, pero se volvió a acabar. Es una lucha constante mantener esta relación, pero pienso que es una lucha que no debería de seguirla”.

Muy amante de los gatos…

“Sí, me dan ese amor incondicional y cuando entro en esas crisis de llanto, sobre todo Pily y Cataleya se me acercan y me lamen, como diciéndome que me calme, que están conmigo. Entran a darme una tranquilidad y una paz lo más de chévere”.

¿Ha vuelto a los lugares donde se grabó la película “La vendedora de rosas”?

“En un momento pasé por donde se rodó la escena en la discoteca donde Yudi dice que las mamás son unas gonorreas, que es por el Estadio, vi todos los cambios que ha tenido y me dio nostalgia. Cuando Papá Giovanny estrenó su película ‘Los ladrones’ me invitó y fui a Barrio Triste donde fue el lanzamiento”.

¿Siguió en contacto con los otros actores de la película?

“Por ahí he hablado con ‘La negra’ y Marta (Yudi), y ya, pero cada uno está enfocado en lo suyo, en su vida y sus cosas. Con Víctor Gaviria hay muy buena relación, siempre digo que fue el padre que nunca tuve, siempre está pendiente, me llama”.

¿Se le mediría a actuar de nuevo?

“Sí, ya he grabado dos cortometrajes. ‘La Balada de las Crayolas’ de Bryan Rodas ganó un premio en un festival en Argentina. La actuación es algo que me gusta, no es un anhelo, pero si se da lo hago sin mente porque es lo que me gusta, pero conseguir eso en este país es muy complicado y yo lo que quiero es buscar apoyo para sacar adelante a Lady Rouse”.

La foto donde contó el difícil momento que atraviesa superó los 1.700 comentarios y tiene casi 30.000 likes, ¿qué le dice a la gente que le ha expresado su apoyo?

“Cuando leí los comentarios positivos sentí el abrazo que estaba necesitando, es muy bonito. Es gente que no me conoce en persona, que solo sabe lo que se dice, y eso me llenó de un valor tan grande, siento una gratitud”.

Agregue a Q'hubo Bucaramanga a sus fuentes de información favoritas en Google Noticias aquí.
Publicidad

Otros artículos

Síguenos

0SeguidoresSeguir
4,304SeguidoresSeguir
6,850SuscriptoresSuscribirte
Publicidad

Últimos artículos

Publicidad
Publicidad