Cada 24 de febrero será recordado por los bumangueses.
La triste despedida de Nickol Valentina Rodríguez conmocionó a la ciudad y dejó un gran vacío entre su familia, compañeros y amigos.
Hace un año, la joven estudiante de la Normal Superior fue atacada en uno de los túneles del sector del Mesón de los Búcaros; un delincuente la quería robar y quitar su celular.
Tal vez, ella opuso resistencia y aquel hombre le causó varias heridas con arma blanca.
Mientras los médicos luchaban por salvarle la vida, compañeros de Nickol Valentina y residentes de la zona hacían una velatón en el lugar, pidiendo por su salud y reclamando a las autoridades por la seguridad en ese sector.
Horas más tarde, la menor falleció.
El crimen causó conmoción. La atroz muerte de Nickol Rodríguez marcó a Bucaramanga.
La ciudad estaba en vilo, trastornada por el ataque del que fue víctima esta niña de tan solo 15 años.
Esa noche todo fue tristeza.
“Sus papás despertaron y no la vieron en su cama. Sus compañeros llegaron a clases y no la vieron en su puesto. Eso nos duele a todos, es devastador”, gritaba con la voz entrecortada una de las jóvenes de la Normal.
A su voz se unió la de cientos de personas que llegaron al deprimido de Los Búcaros y permanecieron por más de seis horas en un plantón sobre la carrera 27 con Avenida Quebradaseca.
Hace un año, mientras, decenas de personas se agolparon en el intercambiador para expresar su sentir sobre el aberrante caso; otras, en un silencio conmovedor bajaron al túnel con velas, flores, globos y carteles. Aquel espacio sombrío, lúgubre, se iluminó con un mensaje suplicante: ¡Justicia para Nickol!
Un mural en su honor
Jorge Hernández, un pintor de Bucaramanga, que ha rendido homenaje a artistas que han fallecido, en las calles del barrio Toledo Plata, decidió honrar la memoria de la niña en el lugar en el que perdió la vida.
Hernández apenas supo la noticia del fallecimiento de Nickol Valentina decidió buscar a su padre para que me autorizara pintar la figura de su hija allí mismo donde le fue arrebatada su existencia. “Por cosas de la vida él revisó mi mensaje y autorizó la obra”, dijo
El artista dejó ese bonito recuerdo que hoy perdura en el lugar.
Además, el artista decidió pintar la misma obra en un lienzo y regalárselo a los padres de la niña.
Una niña llena de sueños
Nickol era una adolescente llena de sueños y talentos.
Llevaba cinco años practicando gimnasia artística. Una disciplina a la que le ponía pasión.
Hacía parte del club deportivo Gymnastic’s Way en Bucaramanga. Su práctica en el instituto dejó ‘pasos’ inolvidables.
“Ella asistía cuatro días a la semana. Entrenaba en las tardes, pero debido al colegio y al grado que entraba a cursar, tuvo que suspenderlo. Se destacaba en la viga del equilibrio, salto al caballete y barras asimétricas. Participó con nosotros en muchos campeonatos y obtuvo varias medallas”, contó el docente del club deportivo.
“Ella estuvo en porrismo. Le gustaba el baile, era muy sonriente. No compartí mucho con ella pero siempre la veíamos por ahí”, contó una alumna de la Normal.
Nickol será inolvidable para toda una ciudad que se conmocionó por su trágica partida.
Un año después persiste el miedo
Hoy 365 días después muchas personas que transitan por allí se siente inseguros.
“Estamos de mal en peor. No se da seguridad. Todos los días se presentan robos. En este sector, no se ve Policía y sí habitantes de calle, drogadicción, extranjeros que ocupan la zona para generar caos”, manifestó Howard García, líder comunal del barrio Alarcón.
“Hay mucha negligencia por parte de las autoridades. Ya hubo un muerto y cada día se tiene más temor. Tenemos miedos y los estudiantes poco pasamos por allá”, comenta una estudiante de La Normal.
