Los obreros que trabajan en la restauración del techo de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en el barrio El Centro, de Villa del Rosario, área metropolitana de Cúcuta, se llevaron un tremendo susto, cuando encontraron unos restos humanos en una de las columnas.
Los albañiles al ver la osamenta, se bajaron de la parte alta del templo y le comentaron al maestro de la obra y de inmediato llamaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) para que verificaran la situación.
Tan pronto una patrulla llegó al sitio y verificó la información, un manto de misterio, curiosidad y susurros se hicieron presentes, pues nadie comprendía cómo llegaron esos restos a esa parte tan alta.
Al conocerse la noticia, varias personas salieron de sus negocios o arribaron hasta la carrera 7 entre calles 6 y 7, donde queda la iglesia, para observar el techo y una puerta, a la espera que los integrantes de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) salieran con los huesos.
Mientras los investigadores judiciales permanecían dentro de la parroquia en la inspección técnica, afuera varias personas decían sus ‘teorías conspirativas’ de ese hallazgo en voz baja.
Algunas personas pensaban que era una tumba, otros un homicidio nunca descubierto y hasta hubo quienes se atrevieron a decir que los restos humanos eran de un sacerdote.
“Es curioso, porque cuánta gente no ha venido a misa a este lugar durante años y nunca imaginaron que en el techo estaban los restos de alguien. Todo este asunto parece una novela policial”, sostuvo uno de los curiosos.
Pero la verdad de la procedencia de los restos la deberá establecer la Fiscalía, mientras que Medicina Legal tendrá que identificar la osamenta, luego de evaluar minuciosamente los restos y determinar cuánto tiempo tiene, si pertenecían a un hombre, una mujer o un niño, entre otros detalles.
Quienes alcanzaron a ver los restos, señalaron que el cráneo podría tener golpes en la mandíbula y la frente, pero sin saber cuántos años llevarían esos huesos en ese lugar, nadie podría hablar al respecto.
Además, el tamaño de algunos huesos da indicios de que se trataría de alguien de estatura alta. “La persona pudo haber vivido durante la construcción de la iglesia, entre 1930 y 1940, y haber muerto de manera violenta… Tampoco tiene algunos dientes”, indicó una fuente extraoficial.
Así los encontraron
El macabro hallazgo lo hicieron cinco obreros que restauraban el techo de caña brava como parte de la restauración arquitectónica del templo religioso, hacia las 12:15 del mediodía, de ayer.
Uno de los albañiles quitó un montón de caña brava para reemplazarla, notando que había un hueco con algo dentro. Al verificar entre los arcos del techo, alumbró con su celular para saber qué era, viendo el cráneo y los huesos amontonados.
“Eso nosotros quedamos en ‘shock’ porque estábamos trabajando y debíamos quitar la caña brava para reemplazarla, cuando vimos en ese hueco, que mide unos 70 centímetros de ancho por un metro y medio de hondo, la calavera y lo demás. Lo primero que hicimos fue llamar a las autoridades”, indicó un albañil.
Las autoridades al conocer el hecho arribaron hasta el sitio para hablar con los albañiles que encontraron la osamenta, luego le dieron aviso a la Brinho.
Extraoficialmente se conoció que entre los obreros y los investigadores bajaron los restos y verificaron si estaban completos en el piso del templo, para tomar varias fotografías y luego ponerlos en una bolsa y llevárselos a Medicina Legal.
Javier Ballen, encargado de la restauración del techo, explicó que desde que se construyó la iglesia no se había reparado. También dijo que no se descarta que más adelante se encuentren más restos humanos escondidos.
El padre Carlos Arturo Flórez Gómez, le indicó a varios medios de Villa del Rosario que se desconocen los detalles detrás de la muerte de la persona, pero se creería que los huesos estaban ahí desde la construcción de la iglesia, pero espera a que las autoridades precisen ese detalle.