Jhon Jairo Pabón llevó la escena del graffiti a otro nivel. A sus 30 años está cambiando la mala imagen que la sociedad le ha atribuido al arte urbano.
Su talento es el que habla por sí mismo, por lo que ahora las empresas de Piedecuesta y el área metropolitano están convencidas de que darle una ‘nueva imagen’ a su negocio es lo mejor para atraer clientes.
Y de eso sí está seguro este artista. “El arte le aporta ‘estatus’ a cualquier restaurante o empresa que decida imprimirle algo creativo a su fachada”, explicó Jota Pabón, como es conocido artísticamente.
Su habilidad para el graffiti le ha permitido destacarse entre los artistas más ‘tesos’ del municipio ‘garrotero’ y la capital santandereana.
Su técnica es una combinación entre pintura y aerosoles, lo que le da este toque ‘urbano’, al que muchas empresas le están apostando, a sabiendas de que eso atrae un público joven, que le encantan las fotos y las publicaciones por Instagram.
“El grafitti atrae a las personas. Cuando alguien ve que una empresa le ofrece la posibilidad de tomarse fotos y sentirse en un sitio llamativo estéticamente, frecuentarán ese lugar”, explicó el artista.
Jota lleva tres años dedicándose profesionalmente a este arte urbano. Recuerda con ‘cariño’ sus primeras apuestas para ‘rebuscársela’ siendo artista.
“Recuerdo que renuncié de Justo y Bueno una semana antes que empezara la pandemia. Al darme cuenta que no tenía empleo, le aposté a este arte. Mi primer trabajo fue con un familiar, lastimosamente no me pagó. Después empecé a buscar otras posibilidades”, contó.
Ser artista, un desafío económico
Jota Pabón reconoce que abrirse camino como artista en Santander es un reto. “Aquí no hay incentivos públicos que respalden un artista, como sí los hay en Medellín. Lo que ignoran los gobiernos es que el graffiti atrae turistas”, explicó.
Este talentoso santandereano también es bailarín. Sin embargo, en el graffiti encontró más posibilidades de un sostenimiento económico.
Ya son más de 20 empresas las que han sido renovadas y ‘lookeadas’ por este artista. Su imagen cambia de manera extrema, cuando Pabón decide plasmar su creatividad.
En Piedecuesta ha renovado restaurantes, empresas estampadoras, gimnasios, y hasta sitios de recreación.
Su último trabajo ha impresionado a los transeúntes del barrio Villanueva.
Se trata de una creación de dos grandes dinosaurios que sorprenden por la calidad del trabajo. Jota Pabón se roba las miradas y su trabajo, sin duda, impresiona.
Hasta más de cuatros días puede tardarse en pintar una fachada completa de un negocio. Su trabajo es de detalle, por lo que también es un esfuerzo adicional, al estar expuesto al sol por largas horas.
“Los artistas que nos dedicamos a esto, cobramos una tarifa entre el diseño, metro cuadrado y el tiempo que vamos a emplear en el graffiti”, contó.
