Hasta el pasado 21 de enero se registraron 17 fallecidos a causa del COVID-19 en este primer mes del año en todo el departamento de Santander. Sumado a esa cifra, en diciembre del año pasado fueron 43 las víctimas del virus. Lo anterior, según el reporte de defunciones por fecha del Instituto Nacional de Salud (INS).
Respecto a los fallecimientos de estos últimos meses, de acuerdo a los reportes de la Secretaría de Salud del Departamento, la mayoría de los decesos fueron de personas mayores de 60 años, con algunas enfermedades de base y comorbilidades. Entre ellas se encuentran: diabetes, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), hipertensión, enfermedades renales y cerebrovasculares.
Sin embargo, las cifras de este primer mes de 2023 advierten una disminución frente al mismo período en el 2022, en el que se registraron 294 muertes por causa de este virus.
No obstante, las autoridades insisten en su llamado a la vacunación y la aplicación de los refuerzos para todos los ciudadanos, así como las medidas de autocuidado. Además, añaden que los padres deben tener especial cuidado en el regreso a clases de sus hijos, para evitar que enfermedades respiratorias se propaguen entre los menores y sus familias.
Incluso, en un pronunciamiento reciente de la Organización Mundial de Salud (OMS), se hizo un llamado a la comunidad internacional en el que se recomienda que la pandemia “siga constituyendo una emergencia de salud pública de importancia internacional”.
Las razones de estos casos
El epidemiólogo Alexander Torres Prieto, coordinador de Epidemiología y Demografía de la Secretaría de Salud de Santander, manifestó que durante los últimos meses y el año 2022 hubo una reducción en los decesos por esta enfermedad. Sin embargo, en diciembre se registró un incremento en la tasa de letalidad del virus, según explicó el experto.
En noviembre del año pasado, aseguró Torres Prieto, se registró un “0.93 % de letalidad”, cifra que aumentó en dos puntos porcentuales para el mes siguiente, en el que ese indicador se ubicó en el “3,11 %”. La tasa de letalidad de diciembre de 2022 en Santander, está por encima de la tasa a nivel nacional, que se ubicó en “1,41 %”. Incluso ciudades como Bogotá registraron un valor de “0,81%”.
Cabe recordar que la tasa de letalidad solo tiene en cuenta a las personas afectadas por una determinada enfermedad, en este caso por COVID, y cuando se menciona que hay una tasa de letalidad del 3.11 % se refiere a que esa cantidad de personas que tenían el virus fallecieron por esa enfermedad. Es decir, en diciembre de 2022 se registraron 1.384 casos positivos y de ellos fallecieron 43 personas producto del virus.
“En diciembre se incrementó la letalidad del virus por el mayor contacto y los contactos estrechos en los encuentros y demás. Esa misma situación se está viendo en enero donde la tasa de letalidad está incrementándose”, advirtió Torres Prieto, quien aclaró que el porcentaje de este mes se conocerá una vez el INS haga la publicación de los resultados a nivel nacional.
El funcionario señaló que otros factores que incidieron en el aumento en la cifras de contagios y el riesgo fueron que “la población dejó de vacunarse, entonces al no existir respuesta inmunológica, hay una mayor facilidad para que el virus infecte y enferme”.
Además, el epidemiólogo señaló que las personas con síntomas respiratorios o afecciones deben acatar los principios de autocuidado, para frenar la propagación del virus.
Recomendaciones de las autoridades
Cabe recordar que, según el reporte del INS, en Santander el COVID-19 ha dejado 8.348 víctimas, de las cuales el 70% tenía más 60 años de edad.
Como parte de las recomendaciones de las autoridades se mantienen las medidas de autocuidado, debido a que el país se encuentra en períodos de vigilancia frente a infecciones respiratorias agudas, que pueden propagarse en esta temporada de regreso a clases. Estos son algunos de los puntos que deben tenerse en cuenta para esta temporada.
1. Acudir a los puntos de vacunación a recibir sus dosis de refuerzo.
2. Uso del tapabocas para mayores de tres años en medios de transporte y terminales, centros de salud y de la tercera edad.
3. Uso de tapabocas en sitios públicos para la población con enfermedades crónicas, deficiencia inmunitaria o por las demás personas en su presencia.
4. Conservación del distanciamiento físico (mínimo 1,5 metros) en lugares públicos.
5. Lavado frecuente de manos o aplicación de gel antiséptico.
6. Al toser o estornudar cúbrase la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo.