«Cuando ustedes me estén despidiendo con el último adiós de este mundo, no me lloren que nadie es eterno. Nadie vuelve del sueño profundo. Sufrirás, llorarás, mientras te acostumbres a perder, después te resignarás cuando ya no me vuelvas a ver», así, como dijo en su canción, Darío Gómez quería que lo despidieran al momento de su muerte.
Este deseo quedó registrado en una entrevista que concedió a un medio de comunicación. Al referirse a su muerte, Gómez dijo que «en 45 años de vida artística pienso que el día en que se ocurra mi deceso, que yo ya no esté, que ni escuche ni entienda ni mucho menos vea, yo pienso que qué bueno que me llevara ese regocijo de que la gente me despidiera con la canción que compuse para la realidad que sucede en el mundo, se llama ‘Nadie es eterno».
«Yo creo que qué bueno y que mejor fuera que me despidan, si es posible, con ‘Nadie es eterno’ en mi última morada», esto fue lo que pidió ‘El Rey del Despecho’ y lo que de seguro le van a cumplir.