La noche del 29 de enero de 2025, el silencio de Praga fue rasgado por un grito que se perdió en el aire helado. Polina Murugina, conocida en el mundo del cine para adultos como Anna Polly, cayó desde un balcón, dejando tras de sí un enigma que ahora envuelve su nombre en sombras. Tenía solo 21 años y una carrera que había despegado a los 19, cuando dejó Rusia para perseguir un destino en la vibrante escena del entretenimiento para adultos en Europa.
La escena del crimen parecía sacada de una novela oscura. Según los informes policiales, Polina estaba acompañada por dos hombres en el momento del incidente. Lo que comenzó como un encuentro privado terminó en tragedia. Las versiones de los testigos son confusas, fragmentadas por contradicciones, lo que ha llevado a las autoridades checas a abrir una investigación exhaustiva. Uno de los hombres tenía vínculos profesionales con la actriz, lo que complica aún más el rompecabezas. “Fueron escuchados el día de la muerte, pero las versiones presentaron divergencias”, informaron fuentes policiales.
La noticia de su fallecimiento se expandió rápidamente, golpeando con fuerza a quienes la conocieron y la admiraban. Pedro Henrique, su novio, fue uno de los primeros en expresar su dolor públicamente. En un emotivo mensaje en redes sociales, escribió: “Es muy difícil sin ti. A medida que pasan las horas, empiezo a asimilarlo y el agujero en mi corazón se hace más grande”. También compartió detalles del funeral de Polina, que se realizó el 25 de enero, antes de que el mundo supiera que el brillo de Anna Polly se había apagado para siempre.
En la industria del cine para adultos, Polina era más que una figura. Era una joven llena de vitalidad, una presencia que irradiaba energía. Ahora, sus seguidores llenan las redes sociales de mensajes de despedida, mientras la investigación sigue su curso, intentando desentrañar la verdad oculta tras esa caída fatídica.
Entre luces y sombras, la historia de Anna Polly ha quedado marcada por el misterio, el dolor y las preguntas sin respuesta. La ciudad de Praga, escenario de su última noche, guarda ahora el secreto de lo que realmente sucedió en ese balcón.
Las muertes de actrices porno en 2024
El mundo del entretenimiento para adultos se estremeció en 2024, marcado por una serie de muertes que dejaron a la industria envuelta en misterio y tragedia. Detrás de las cámaras, más allá de las luces y las escenas cuidadosamente dirigidas, la oscuridad se hizo presente, cobrando la vida de varias estrellas.
Sophia Leone fue la primera en caer. El 1 de marzo, su cuerpo fue hallado en su residencia de Albuquerque, Nuevo México. Tenía solo 26 años y un futuro por delante. Con más de 80 producciones en su trayectoria desde 2014, Sophia era una joven vibrante que buscaba su lugar en un entorno competitivo. Ahora, las autoridades investigan las circunstancias de su muerte, aún envueltas en silencio.
Un mes antes, Kagney Linn Karter había protagonizado otro final sombrío. Encontrada sin vida en su hogar del condado de Cuyahoga, Ohio, a sus 36 años, las investigaciones apuntaron a un suicidio. Las sombras que la rodearon durante años finalmente la alcanzaron. Las luchas con su salud mental, un enemigo silencioso, terminaron por arrebatarle la última batalla.
El 25 de enero, la tragedia volvió a golpear con el nombre de una leyenda: Jesse Jane. Reconocida mundialmente en la industria, Jesse, junto a su pareja, fue hallada sin vida, presuntamente por una sobredosis de drogas. Con 43 años, su historia fue un ascenso vertiginoso hacia el éxito, pero también una caída trágica que el mundo no vio venir.
Y el eco de las pérdidas no se detuvo. Sophie Anderson, una joven británica de 34 años, murió el 4 de diciembre de 2023, en el Reino Unido. Apenas habían pasado dos semanas desde la muerte de su pareja, el futbolista Oliver Spedding. Aunque los informes oficiales permanecen imprecisos, la tristeza que la consumió tras esa pérdida se percibe como el factor que la empujó al abismo.