Como una manera de celebrar el regreso de los matrimonios presenciales en Inglaterra, una empresa organizadora de bodas presentó un inusual vestido de novia hecho con 1500 tapabocas reciclados. El encargado de confeccionarlo fue el diseñador Tom Silverwood.
La modelo Jemima Hambro lo lució en las calles londinenses. Se estima que en el Reino Unido se desechan semanalmente más de 100 millones de tapabocas quirúrgicos de un solo uso; por eso decidieron encomendarle a Silverwood la tarea del diseño del vestido de novia.