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Obesidad en el embarazo: Conozca los riesgos para el bebé y la madre, y evítelos

Es clave que durante el embarazo la mujer conozca cuál es su Índice de Masa Corporal, ya que en caso de ser alto, puede existir un impacto tanto en la salud de la embarazada, como en la de su bebé.

El embarazo es una etapa de profundos cambios físicos y emocionales. En este contexto, la obesidad representa un desafío adicional tanto para la madre como para el desarrollo del feto.

Por ello, durante el embarazo es primordial conocer cuál es el Índice de Masa Corporal (IMC), ya que, de ser alto, puede existir un impacto tanto en la salud de la embarazada como en la de su bebé.

En términos generales, un alto IMC puede provocar obesidad, esta última entendida como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, generando, principalmente, un desequilibrio entre el ingreso y gasto de calorías en el cuerpo.

Los efectos se evidencia en la fertilidad de la mujer al inhibir la ovulación regular, e incluso se corre un mayor riesgo de no tener éxito en la fertilización in vitro.

El 30 % de las mujeres sufren obesidad durante el embarazo, según cifras de expertos.

Así mismo, se pueden evidenciar dificultades en la hipertensión arterial y daños en órganos como el hígado y los riñones, Y finalmente, puede haber una mayor exposición al riesgo de sufrir una diabetes gestacional, condición en los niveles de azúcar suben de manera drástica en el cuerpo de la madre.

Es importante diagnosticar a tiempo cualquiera de estas afectaciones, ya que es necesario que la mujer reciba un tratamiento oportuno y en el tiempo correcto con el fin de o controlar los niveles de azúcar en la sangre, o reducir el riesgo de posibles complicaciones.

Adicional a ello, hay que tener presente las implicaciones del sobrepeso en la salud del bebé, en detalle: posibles afectaciones por trastornos congénitos, problemas de crecimiento, asma y obesidad infantil, problemas cognitivos y retraso en el desarrollo.

Cabe destacar que las Enfermedades No Transmisibles (ENT) tales como la obesidad y el sobrepeso son problemas de larga duración y representan una de las causas principales de muerte en todo el mundo, con aproximadamente 41 millones de personas fallecidas todos los años, lo que equivale al 74 % de todas las muertes a nivel mundial.

Enfoque global

La Organización Mundial de la Salud ha identificado la necesidad de una acción primordial de prevención y control basada desde un enfoque global, que involucre a todos los sectores, incluyendo el de la salud, deben estar involucrados para promover intervenciones preventivas y controladas.

“Si bien la obesidad es un asunto de salud que debe ser combatido con urgencia desde la prevención, el diagnóstico oportuno juega un papel fundamental para atender y abordar el problema a tiempo porque en la mayoría de los casos se atiende a mujeres que ya presentan un estado crítico, y ante ello, debemos generar conciencia para que se acuda a los profesionales de la salud para dar a conocer la existencia de tratamientos seguros y efectivos”, explica Helida Silva, directora de Asuntos Médicos para Siemens Healthineers, Latinoamérica.

En definitiva, el manejo de la obesidad en el embarazo requiere un enfoque integral. Siguiendo las recomendaciones de los expertos, las mujeres embarazadas pueden cuidar de su salud y la de su bebé, sentando las bases para un futuro saludable para ambos.

Recomendaciones de expertos

Los expertos en salud materno-infantil enfatizan la importancia de abordar este tema con cuidado y conocimiento.

1. Entendiendo los riesgos: La obesidad en el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones como la diabetes gestacional, la hipertensión inducida por el embarazo, y el parto prematuro. Además, puede afectar el desarrollo fetal y aumentar el riesgo de obesidad infantil.

2. Alimentación equilibrada: Los nutricionistas recomiendan una dieta balanceada rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Es crucial evitar el consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas. La moderación y la variedad son clave.

3. Actividad física regular: El ejercicio moderado es beneficioso durante el embarazo. Actividades como caminar, natación o yoga prenatal son opciones seguras que ayudan a controlar el peso y mejorar la circulación.

4. Monitoreo médico: Las visitas regulares al obstetra son fundamentales. El seguimiento médico permite detectar y manejar cualquier complicación a tiempo.

5. Apoyo emocional: La salud mental es tan importante como la física. Unirse a grupos de apoyo o buscar asesoramiento psicológico puede ser útil para manejar el estrés y las emociones durante el embarazo.

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