Este tendero es un ‘Rey’ en el barrio San Cristóbal de Piedecuesta. Su negocio es uno de los más antiguos del sector, y el más completo, con una bodega que almacena verduras, carne, pollo y hasta ‘pimpinas’ de agua.
Aunque la tienda haga alusión a su nombre, quien la mantuvo próspera por varios años fue su reina. Sí, su esposa santandereana, de la provincia de García Rovira, quien se encargaba de la administración del negocio entre semana. Ahora, trabajan juntos y se turnan para atender.
María Inés Caballero y Reinaldo Serrano son los mejores socios. Se han acompañado por más de cuatro décadas, y aún toman las decisiones juntos en lo que respecta a su negocio.
Con ayuda de sus clientes
Esta pareja de esposos está más que agradecida con los clientes que han cultivado desde 1994, cuando abrieron su primera tienda en el barrio.
La buena acogida del sector les permitió pasar de un local en arrendamiento a un sitio propio, en menos de dos años. “En vista de la buena clientela que tenemos, compramos esta casa y la adecuamos. Recuerdo que nos trasladamos en la noche”, contó don Rey.
En ese momento, su esposa le pidió que dejara de viajar, pues, antes de ser tendero, Reinaldo era un comerciante textil que debía visitar a sus clientes en varias partes del país. “Entonces me retiré del negocio textilero y me quedé en la tienda toda la semana”, agregó.
Para María Inés, su ‘negocito’ ha sido tan próspero que los ayudó a sacar adelante a su familia, sumando esfuerzos al trabajo de su esposo. “Pudimos formar a nuestros hijos como profesionales”, dijo.
A ambos se les nota el gusto que sienten por su microempresa, que de micro solo tiene el nombre, porque sus instalaciones ocupan la esquina de la calle quinta, con carrera 18 del barrio.
De hecho, este par de empresarios tienen su propio letrero, en el jardín contiguo a la tienda, que avisa que han llegado al emporio de ‘Don Rey’, en donde el cliente encuentra de todo.
Desde huevos de codorniz, alcachofa, hasta lapiceros, cuadernos e, incluso, hilo de coser. “Tenemos de todo para no decirle al cliente: No hay”, agregó doña María Inés.