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José Gregorio, un taxista comprometido con su familia

Este taxista empieza a trabajar a las 4:30 de la mañana desde Piedecuesta y toma rumbo para sus primeras carreras del día.

José Gregorio Garmendia Díaz es un taxista que recorre las calles de Bucaramanga y su área metropolitana desde hace un año y dos meses. Mientras le compra un tinto a una señora frente al Hospital Los Comuneros, cuenta que antes de estar frente al volante prestó sus servicios de mensajería a varios restaurantes reconocidos de la ciudad.

Desde 2014, luego de partir de su natal Venezuela para encontrar mejores oportunidades de vida para él y su familia, se instaló en Bucaramanga junto con su esposa, oriunda de Barranquilla, para establecerse aquí y darle un nuevo comienzo a sus vidas.

“Una parte positiva es que este trabajo ofrece una diversidad de oportunidades para conocer la ciudad, moverte de una carrera a la otra, de un centro comercial al otro”, cuenta José Gregorio, quien se encuentra a gusto desempeñando esta profesión como taxista en Bucaramanga.

“Para todos hay en la viña del Señor”, dice José Gregorio cuando habla de las competencias como Uber e In Driver, plataformas de transporte con las que los taxistas deben lidiar en el día a día. Según él, afortunadamente la ciudad permite que todas las personas puedan trabajar en el transporte.

Una persona en un millón

Ser taxista de Venezuela puede tornarse complicado, a pesar de lo beneficioso que ha sido para José Gregorio mudarse a Bucaramanga junto con su familia. “No todos en el país son así”, aclara cuando cuenta que a veces sale con la compañía de su hijo pequeño a hacer carreras de taxi. Un día, una pasajera le preguntó si era venezolano al identificar su acento, por lo que José Gregorio aceptó y le dijo que estaba para servirle. La señora le dijo que prefería no continuar con el recorrido y que por favor parara el vehículo. “Nosotros mismos, con la actitud que hemos tenido, nos hemos cerrado las puertas”, cuenta José Gregorio al hablar de los principios que deben tener al llegar a un nuevo país.

A sus 50 años de edad, José Gregorio empieza a trabajar a las 4:30 de la mañana desde Piedecuesta y toma rumbo para sus primeras carreras del día. “Mi circuito de trabajo preferido es Floridablanca. Por lo que te ofrece una diversidad entre lo que es Cañaveral, Caracolí y La Florida: tres centros comerciales”, cuenta José Gregorio, quien también resalta la buena oferta para prestar sus servicios que ofrecen espacios como la Fosunab, la Clínica Foscal y la Cardiovascular en este municipio.

Cuando cae la noche y el reloj marca las 7:00 de la noche, José Gregorio regresa a casa para descansar y compartir en familia.

“Tengo una planificación familiar en la que quiero ofrecerles a mis hijos un mejor futuro. No es que este trabajo no sea un buen oficio, todo trabajo es honrado”, aclara José Gregorio, quien se esmera y madruga a diario con la motivación de formar de la mejor manera a sus hijos.

“Pienso que Colombia es un excelente país para la formación de los que quieren progresar y avanzar. Lo único es que hay que seguir una constancia”, dice y enfatiza en la importancia de ser ordenados en cuanto al ahorro y los objetivos que se plantean él y su familia para salir adelante de la mejor manera.

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