El aire fresco que se respira en Villa Alcázar es gracias a la vegetación que rodea este barrio de Floridablanca, fundado en mayo de 1998 y perteneciente a la Comuna 8 del municipio. Hace 25 años, 100 familias florideñas fueron las primeras en llegar a esta urbanización con el respaldo de un crédito en el Banco Agrario que les permitió acceder a casas unifamiliares.
“Este fue el primer barrio de vivienda de interés social en la administración del doctor Eulises Balcázar”, recuerda Gilma Durán Acelas, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal de Villa Alcázar y habitante de este barrio desde su fundación. Los primeros residentes pagaron sus viviendas con mucho esfuerzo. Gilma comenta que en ese tiempo, el UVR, que calcula el costo de los créditos de vivienda, aumentó su cifra, por lo que estas familias tuvieron que cambiar el presupuesto que en un principio les prometieron para poder acceder a su casa propia. “En esa época se disparó el UVR y resulta que no eran cuotas de $150.000 sino que llegamos a pagar cuotas casi de $400.000 y en esa época el salario era de $500.000”, agrega la vicepresidenta, quien considera que fue un cambio drástico para sus bolsillos.
Cuidan lo verde
Villa Alcázar es como un pulmón verde. Así lo describen sus habitantes mientras caminan las calles de su barrio. Sin embargo, al no tener escrituras de estas zonas, se dificulta la presencia constante de las instituciones a cargo de la poda en Floridablanca, puesto que solo van a su barrio cuatro veces al año. Por esta razón, los líderes se pusieron en la tarea de vender una lechona para así comprar una macaneadora con la que pueden podar sus zonas verdes y mantenerlas agradables a la vista.
“Actualmente estamos viviendo una época crítica donde la comunidad no cree en líderes religiosos, políticos y sociales. No tiene el mejor de los conceptos”, asegura Gilma Durán cuando habla del grupo que lleva el nombre de Líderes en Acción por Villa Alcázar, un espacio en el que pueden materializar sus ideas para el bienestar de todos.
La vicepresidenta también habla de los volantes con infografías que reparten en su barrio en los que hablan de conceptos como participación comunitaria, sus beneficios y la importancia del cuidado del medio ambiente como una iniciativa de la psicóloga Sharon Cuadros.
No hay salón comunal
Los líderes de Villa Alcázar comentan que su barrio no cuenta con un salón comunal en el que se puedan hacer actividades que permitan la unidad de sus habitantes.
“Se pierden de repente muchos proyectos y capacitaciones”, explica Arbey Meneses. El y demás habitantes anhelan un espacio con techo para sus reuniones.
Fundación Samaritana
Este barrio de Floridablanca cuenta con un ancianato que acoge actualmente a 20 adultos mayores. “Desde muy niña fui servidora, empecé siendo catequista y llegó un momento en el que sentía que no era suficiente. Dios me llama a recoger adultos mayores de la calle”, cuenta Sonia Hernández Blanco, la mujer que hace realidad la Fundación Samaritana, en una casa cerca de la cancha de Villa Alcázar, donde el cuidado y el amor por los adultos mayores están presentes desde marzo de 2004.
Transporte
Los habitantes que desean tomar un bus urbano deben desplazarse a la Carrera 30, vía principal de La Cumbre, para tomar rutas como las de la Carrera 33, Panorama, la que los lleva a Girón o un alimentador de Metrolínea. Sin embargo, los habitantes afirman que recurren al mototaxismo y otras modalidades de transporte informal.
Parques
Aunque las zonas verdes caracterizan a Villa Alcázar y es un punto a favor que destacan sus habitantes, las áreas verdes no han sido adjudicadas.
“Se nos ha convertido en un hijo bobo, porque nos toca de nuestros propios recursos el mantenimiento”, dice Gilma, quien lidera iniciativas ambientales.
Parroquia Padre Misericordioso
Desde el 24 de diciembre de 2005, este barrio cuenta con una parroquia que acoge a los habitantes de creencias católicas. Aunque la comunidad ya estaba consolidada, no contaba con un espacio físico para sus eucaristías, por lo que el entonces párroco decidió construir esta iglesia que ya cumple cuatro años en Villa Alcázar y que cuenta con una vista única. Luz Marina Estupiñán es una habitante de este barrio y es cercana a esta parroquia desde su fundación.
La panadería de confianza
Gustavo Ramírez lleva 24 años viviendo en Villa Alcázar y 15 con esta panadería que se llama Rony Pan en alusión a su hijo. Este hombre, quien se caracteriza por ser muy social, fue presidente de la Junta de Acción Comunal.
“Ahí pa’ sobrevivir, no se hace para tener plata”, asegura Gustavo, quien cuenta con una clientela fiel a su panadería en la que atiende hasta las 10:00 de la noche.
“Mi barrio, mi todo, mis problemas, mis soluciones”, dice este hombre cuando habla de Villa Alcázar.