Se trató de una lombriz de ocho centímetros llamada Ophidascaris robertsi, que según investigadores son parásitos comunes en canguros y pitones diamantina, pero no en humanos.
“Este es el primer caso humano de una Ophidascaris en el mundo”, afirmó el experto en enfermedades infecciosas Sanjaya Senanayake.
“Hasta donde sabemos, es también la primera vez que aparece en el cerebro de una especie de mamífero, humano o no”, agregó.
Los investigadores creen que la mujer se infectó después de buscar arbustos comestibles cerca de su casa que podrían haber estado contaminados con larvas parasitarias diseminadas en las heces de las serpientes.
“No puedo enfatizar más nuestra admiración por esta mujer que ha mostrado paciencia y coraje en el proceso”, agregó.
El caso fue publicado en el diario Emerging Infectious Diseases y Senanayake anticipó que tras este descubrimiento, es probable que existan casos similares en países donde predominan las serpientes y los marsupiales.
Los médicos también revelaron que el parásito aún estaba “vivo y retorciéndose” cuando fue extraído de la mujer, en medio de una cirugía cerebral. Además de que este tipo de parasitos suelen vivir en el esófago y el estómago de la pitón diamantina, una serpiente que puede llegar a medir hasta cuatro metros de largo, del que termina por desprenderse esta parasito a partir de las heces.
Aunque han descartado que esta infección parasitaria pueda “transmitirse de una persona a otra”, ya que la paciente en cuestión, se ha convertido en una huésped accidental.
Con la extracción de ese parásito de su cerebro, se daría por terminado el avance que hubiese podido tener.