La anosmia es conocida como la incapacidad total para detectar olores y afecta a un 5% de la población, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo anterior, quiere decir que una de cada veinte personas en el mundo ve afectado el desarrollo de su vida diaria a causa de este trastorno. Por esta razón, cada 27 de febrero se celebra el Día Mundial de la Anosmia, para destacar el impacto que tiene esta patología en la calidad de vida de los pacientes y la relevancia de conocer la enfermedad.
La anosmia se produce cuando una inflamación intranasal u otra obstrucción impide que los olores ingresen en el área olfatoria. Sin embargo, muchos pacientes sufren de algún tipo de disfunción olfativa y no son conscientes de ello. En otros casos, simplemente se acostumbran a vivir sin olfato, pues no suelen considerar que este sentido es tan vital como los demás.
Una de las principales causas de la pérdida del olfato es la presencia de pólipos nasales, masas blandas que se forman en cualquier lugar del revestimiento de la nariz o de los senos paranasales, las cuales generan obstrucción nasal, dolor facial y secreción. Se calcula que su prevalencia global es del 2 al 5 %.
Otras causas de la anosmia
Otras de las causas de la anosomia son el envejecimiento, las infecciones de los senos paranasales (sinusitis) y de las vías respiratorias superiores, fumar, traumatismos craneoencefálicos, alteraciones hormonales, infecciones y enfermedades víricas, exposición a productos químicos como insecticidas y solventes, medicamentos como antibióticos y antihistamínicos comunes, la radiación para el tratamiento del cáncer de cabeza y de cuello, los trastornos que afectan al sistema nervioso como la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer.
Los efectos de la anosmia en la calidad de vida
La anosmia tiene un impacto negativo en la calidad de vida de las personas. Algunos pacientes que sufren pérdida del olfato también padecen de falta de gusto, lo que causa que no tengan la capacidad de distinguir alimentos en descomposición, ni el olor de una buena comida.
Además, este sentido le aporta al ser humano un conjunto de sensaciones, emociones y placeres en relación con el gusto, lo que puede impactar en el estado de ánimo, así como en el bienestar psicológico.
Varios estudios científicos y guías internacionales demuestran la gran carga emocionalque conlleva la anosmia, pues quienes la padecen suelen presentar bajos niveles de concentración, acompañados de altas cargas de frustración e irritabilidad. El 90 % de las personas con obstrucción nasal grave presentan algún trastorno del sueño, lo cual puede ocasionar fatiga crónica.
Adicionalmente, el 76% experimenta emociones negativas y sentimientos de desesperación y alrededor del 25% de los pacientes con trastornos del olfato presentan síntomas de depresión relacionados con la falta de confianza.
“El olfato es parte fundamental de la vida de las personas. Este sentido nos aporta información del entorno en el que nos desenvolvemos e incluso nos advierte de peligros.
Por esta razón, su deterioro o pérdida causa alteraciones en la calidad de vida del paciente, influyendo en aspectos como los recuerdos, el estado de ánimo y las
emociones. De igual forma, puede haber cambios poco saludables en los hábitos alimenticios, pues al no percibir sabores, las personas tienden a consumir más sal o azúcar, lo que conduce a sufrir de otras patologías”, afirma Pedro Cadena – Medical Manager de Pólipos Nasales.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la anosmia suele comenzar con el reconocimiento de la pérdida del olfato por parte del paciente, quien en la mayoría de los casos es remitido al otorrinolaringólogo, un médico que se especializa en trastornos del oído, nariz, garganta, cabeza y cuello.
Así mismo, los casos de anosmia relacionados con obstrucción nasal (pólipos, rinitis alérgica) son tratados con medicamentos de terapia biológica, los cuales permiten controlar y mejorar los síntomas relacionados con estas patologías.
El especialista realizará una endoscopia nasal para buscar las causas obstructivas presentes en la nariz. También, puede pedirle al paciente que realice pruebas de identificación de olores comunes para determinar la gravedad de la disfunción olfativa, las cuales están diseñadas para medir la cantidad más pequeña de olor que se puede detectar.
En el marco del Día Mundial de la Anosmia, se hace un llamado para que las personas reconozcan las causas de la pérdida del olfato y acudan al especialista, con el fin de recibir un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado que evite el daño permanente de uno de los sentidos más importantes para el desarrollo de las actividades diarias.
