Hace tres años, de manera exacta un 16 de diciembre, la familia Ortiz Sandoval recibía la noticia de que al padre del hogar, a don Víctor Hugo lo habían asesinado un par de delincuentes extranjeros en el municipio de San Gil.
Ese asesinato nunca lo superó Jinm Alexánder, uno de sus hijos. Un comerciante de 33 años que desde el 16 de noviembre se lanzó a las aguas del río Suratá y su paradero es todo un misterio.
Su familia aseguró que cada mes acostumbraba a tomar licor y bañarse en un río o quebrada para tratar de olvidar la muerte de su progenitor. Eso hizo en la vereda Rosa Blanca, al norte de Bucaramanga, por la vía a Matanza.
Se lanzó a un pozo, empezó a caminar y se sumergió. Su hermana y otro amigo que lo acompañaban no lo volvieron a ver, la corriente lo arrastró.
Desde ese momento la Policía, los Bomberos y la Defensa Civil han buscado por el caudal y los afluentes a los que desemboca el Suratá sin que hasta el momento haya sido encontrado.
La madre de Jinm, doña Lorena Sandoval, no ha parado de buscarlo. Incluso ha ofrecido recompensas a pobladores en el recorrido del río para que den con el cuerpo de su hijo.
“Él tiene un pequeño de seis años y todos los días pregunta por su papá. No sabemos a quién más acudir para hallar a mi hijo. Solo espero que aparezca pronto. Aún guardo la esperanza que esté con vida”, relató la desconsolada madre.
Jinm era su apoyo en un local de venta de bolsos que tiene en el centro de Bucaramanga. Este Navidad no será igual para ella.
