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Joven piedecuestano falleció en accidente, en Ciénaga

El ‘Mono’ como le decían sus allegados, a pesar de su comportamiento a veces un tanto agresivo, se caracterizaba por su nobleza.

Un verdadero drama vive una familia en el barrio La Colina de Piedecuesta, porque el menor de la casa emprendió viaje hace dos semanas en busca de mejores oportunidades laborales, pero las cosas no resultaron como esperaba. Hoy regresará a su tierra natal metido en un cajón.
Fernando Camargo Chaparro, de 20 años, perdió la vida en un accidente de tránsito cuando iba ‘colgado’ de un camión, según las versiones entregadas por parte de las autoridades de Ciénaga, Magdalena, a sus familiares.
Quedaron desconcertados, porque además del dolor que los embarga por la triste pérdida, no cuentan con los recursos económicos para darle cristiana sepultura. Los vecinos y hasta la Alcaldía de Piedecuesta pusieron su ‘granito de arena’ para que una de sus hermanas pudiera viajar a traer el cuerpo; sin embargo, no ha sido suficiente; la colecta sigue abierta para aquellas personas que deseen ayudar en este momento nefasto.

Adiós al ‘mono’
El ‘Mono’ como le decían sus allegados, a pesar de su comportamiento a veces un tanto agresivo, se caracterizaba por su nobleza.
Pero no era voluntario, sufría de esquizofrenia y tuvo episodios depresivos. Se mostraba indefenso, porque se dejaba influenciar muy facial.
“Él no era malo, solo que tenía una enfermedad desde muy niño. Tuve que lidiar con eso, porque hasta las malas amistades lo metieron en la droga.
“A raíz de eso se volvió violento; ya hasta estaba robando, nos tocó sacarlo de la casa”, manifestó la acongojada madre.
Prometió que iba a cambiar y que se iría para la Costa a trabajar en pesca, para montar negocio con un amigo.
Se fue a aventurar. Ahí apareció la tragedia.
Fernando se movilizaba colgado de los camiones, muy a pesar de que su madre le habría advertido que no lo hiciera porque no tenía experiencia en eso.
En una de esas ‘acrobacias’ de mochilero se cayó y murió de manera inmediata.
“El accidente ocurrió el sábado y el lunes en la noche nos llamaron. Sentí que me moría. Esto ha sido muy difícil, porque uno nunca quiere recibir a su hijo muerto”, comentó su desconsolada madre.
Recordó que la última vez que habló con él fue el viernes. La llamó para pedirle dinero para pagar un sitio para dormir. “Me pidió 15 mil pesos, pero mi situación es crítica y le dije que me esperara hasta el sábado. No volví a saber de mi muchacho sino hasta el lunes en la noche, cuando mi mamá me dio la terrible noticia…”.
Las personas interesadas en contribuir pueden comunicarse con el 317 4116692

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