En el hecho resultaron heridas otras tres personas, entre ellos Walter Solano, hermano de Andrés. Ocurrió la tarde del sábado 24 de septiembre, cerca a la cancha Polipolvo en el barrio 9 de Abril de Barrancabermeja.
Iban por un ‘guanabazo’ y resultaron baleados
Andrés, quien es estudiante de auxiliar de Enfermería en una universidad de Bucaramanga y también de Comunicación Social en el Instituto Universitario de la Paz, se encontraba de visita en la ciudad por el cumpleaños de su novia.
Cuando salió con su hermano a comprar un jugo de guanábana en un puesto ubicado en la calle, sicarios desataron horror disparando en repetidas ocasiones. Uno de los proyectiles alcanzó a Andrés, dejándolo inconsciente.
Walter, el comerciante que les vendió el guanábanazo, y un mototaxista que también bebía un jugo en el lugar, fueron rozados por los casquillos de bala, pero no de gravedad.
Todos fueron trasladados a la Clínica Magdalena, al cabo de unos días Walter y las otros heridos fueron dados de alta pero Andrés tuvo que ser sometido a una delicada cirugía y su estado era crítico.
Andrés se batallaba entre la vida y la muerte
Andrés fuen quien sufrió la herida más letal. El parte médico era desesperanzador pero familiares, amigos y allegados de la familia nunca desistieron de creer que sucedería un ‘milagro’. Desde la primera noche acudieron a la Clínica Magdalena para hacer velatón y cadena de oración.
El esfuerzo médico y el apoyo de los seres queridos de Andrés hicieron posible que luego de casi un mes, lograra salir recuperado de la clínica y pudiera volver a casa, retomar su vida.
«Es un milagro de fe, de unión, de esperanza. Mucha gente estuvo orando por mis hijos, y más por él que era el más crítico. No hay palabras para agradecer a todo el equipo médico de la Clínica Magdalena», expresó entre lágrimas Flor Solano, madre de Andrés.