La misión que emprendió hace unos días en Bucaramanga, Boxman Uriel Hernández Jaimes, de 22 años, tuvo un final inesperado. Se habría quitado la vida disparándose en el mentón. El arma de dotación que lo acompañaba desde hacía algún tiempo, la habría ‘apuntado’ en su contra.
Ocurrió en la carrera 30 con calle 19 del barrio San Alonso de Bucaramanga, cuando se encontraba reunido con dos compañeros con quienes realizaba una investigación, en la que trabajarían encubiertos.
Llegó de Bogotá hace 3 días y pertenecía a la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional. Quienes lo conocían quedaron estupefactos con la noticia, pues les cuesta creer que ese joven con un futuro prometedor tomara la nefasta decisión.
“Era alegre, nunca se mostró depresivo o inconforme. Quería pertenecer a la Policía y lo había logrado. No entiendo qué pasó, porque no todos lo logran”, manifestó uno de sus compañeros de la Escuela Militar Fundamir, donde estudió una técnica en Criminalista.
“El coraje no es tener la fuerza para seguir, es seguir cuando no tienes fuerzas”, fue uno de los mensajes que plasmó el uniformado en redes.
Aunque se desconocen cuáles serían las causas que lo habrían ‘impulsado’ a cometer esa acción la fatal, se presume que atravesaba un momento depresivo. Antes de su muerte habría dejado escrito con crema de dientes en el espejo del baño: “No al bullying Boxman”. Así se despidió.
Momento de horror
El joven policía se encontraba con dos compañeros de la institución en un 4 piso. Trabajaban en el caso que les habían encomendado. De repente, se fue para el baño, segundos después se ‘escuchó el disparo.
La detonación alertó a los uniformados, quienes entraron pero ya nada podían hacer. Boxman no tenía signos de vida. El CTI realizó el levantamiento. La Policía Metropolitana de Bucaramanga lamentó el hecho y se solidarizó con la familia.