Jefferson Orlando Arciniegas Hernández ‘se fue’ sin poder cumplirle la promesa a su mamá: viajar al mar cuando su tratamiento comenzara a dar efectos positivos. Ella sufre una enfermedad agresiva que la tiene en delicado estado de salud. Era su vida.
El jueves en la noche el joven de 22 años se dirigía hacia su vivienda en el kilómetro 12 vía a Cúcuta, cuando la muerte ‘lo sorprendió de sopetón’. Transitaba a bordo de su motocicleta de placa AXV- 03G y al parecer, se arriesgó a adelantar un tractocamión que se movilizaba por ese mismo carril; sin embargo, la maniobra resultó siendo su sentencia. Cuando iba justo en la entrada del barrio Miraflores de Morrorrico, por alguna razón se cayó y el enorme vehículo lo arrolló.
Jefferson perdió la vida en ese mismo instante, no tuvo la oportunidad de esquivar las llantas. Su existencia se esfumó sobre el pavimento.
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Esa noche venía de la empresa donde trabajaba y soñaba con mejorar la sistematización de los programas. Le faltaba poco para graduarse de Ingeniería Mecatrónica. Cursaba noveno semestre en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab).
“Era una persona muy alegre, muy comprometido con todas sus responsabilidades, tenía sus metas claras. Quería graduarse y apoyar en la casa. Le faltaba presentar el proyecto de grado. Lo vamos a recordar porque siempre nos hacía reír”, manifestó Owen Arciniegas, uno de sus dos hermanos, quien ayer se encontraba adelantando las diligencias para reclamar el cuerpo.
Aún no tenían claro dónde será la sepultura. Se sienten muy afectados con este trágico accidente que les arrebató a uno de sus seres más queridos.
