El dolor era casi que palpable. Una madre lloraba desconsolada sobre el cuerpo ya inerte de su hijo, de apenas 22 años, quien acababa de perder la vida en un accidente de tránsito en la vía Piedecuesta – Bucaramanga, a aproximadamente 100 metros de Comfenalco.
Pedía a gritos que se lo dejaran ver, entre la tristeza y el desespero quizá aún guardaba la esperanza de que hubiese vida en el cuerpo de su muchacho. ¡Ay mi niño!, decía mientras algunos familiares trataban de consolarla y de evitar que se lanzara sobre el cadáver.
Su corazón de madre no comprendía lo que sucedía frente a sus ojos: lo llamaba, lo sobaba, lo consentía, pero ya no había nada por hacer.
Al parecer, una tractomula habría acabado con los sueños de Andrés Camilo Pinto Campo.
El trágico hecho ocurrió a tempranas horas del sábado 26 de marzo, cuando Camilo se trasladaba por la autopista que conduce hacia Floridablanca, en su moto Bws azul con negro, de placa ZKM -97D.
Según testigos, el joven fue embestido por una ‘mula’, vehículo que lo arrolló y luego se habría dado a la fuga.
Sin embargo, el siniestro vial aún es materia de investigación por partes de las autoridades.
Al lugar llegaron los padres y familiares de Pinto Campo, quienes no entendían cómo ‘su pequeño’ había perdido la vida, pues personas que transitaban por este sector, aseguraron que el padre de Andrés venía unos metros atrás de la víctima.
Al pasar por la misma vía y verificar el accidente, se percató de que era su hijo quien se encontraba tendido, cubierto de sangre y con una cobija que indicaba su lamentable deceso.