Los asesinos de Julio César Sabata López no tuvieron piedad. Lo atacaron con machetes hasta ‘robarle’ la última pizca de aliento. El terrible crimen se perpetró dentro de su propia vivienda, en la finca El Castañeto, en la vereda Bolarquí Alto, en el corregimiento 2 de Bucaramanga.
Eran las 7:30 de la noche, cuando la comunidad aterrada reportó el hallazgo del cuerpo del joven de 19 años.
Al parecer, uno de sus vecinos fue quien se encontró de frente con la macabra escena. Julio César estaba boca abajo con múltiples heridas en la cabeza, espalda, cuello, pecho, piernas y otras partes del cuerpo. Eran más de 10 cortadas. Era claro: su muerte se ejecutó con sevicia y crueldad.
Dejaron la reja abierta
Se desconoce la hora exacta en la que sus verdugos llegaron hasta su casa, ubicada a una hora del caso urbano de la capital santandereana. Lo sometieron con machetes y lo asesinaron de manera vil. Una vez cometido el crimen huyeron del lugar; sin embargo, quizá por el afán de salir y no ser descubiertos, dejaron la reja abierta.
Un residente del sector, quien llegaba de Bucaramanga, pasadas las 7:00 de la noche y transitaba por el frente de El Castañeto fue quien se percató de este ‘pequeño detalle’. Al parecer, Julio César acostumbraba a mantener su finca cerrada, por lo que verla sin seguro, le pareció extraño.
Fue entonces cuando comenzó a llamarlo y a caminar hasta su vivienda. Quedó petrificado con el atroz hallazgo.
Las autoridades hicieron presencia en la zona y los vecinos quedaron aterrados ante semejante hecho. Al parecer, el lugar no cuenta con cámaras de seguridad; sin embargo, las versiones de algunos testigos permitirían esclarecer el crimen.
Se presume que horas antes, Julio César habría tenido algunos enfrentamientos con personas aledañas del sector; sin embargo, las autoridades no han corroborado esta versión.