La versión entregada por Medina Ardila no correspondería con la realidad pues los dos sí se conocían de tiempo atrás.
Allegados afirman que él en varias ocasiones le habría ofrecido trabajo en su puesto de venta de empanadas, en el Centro de Bucaramanga y de forma continua la asediaba con intenciones de ‘tono sexual’.
Ofelia Chinchilla, quien se convirtió, en su protectora durante casi 8 años, aseguró que Julieth le comentaba que ese sujeto la buscaba y le hacía propuestas indecentes.
“Le decía que si no se sentía bien que mejor no trabajara con él, que otra cosa iba a salir. La miraba como presa fácil. El tipo quería aprovecharse viendo su necesidad y vulnerabilidad.
“Yo la ayudaba cuando vivía en Bucaramanga, porque era una niña que necesitaba afecto. Sufrió muchas humillaciones y fue víctima de un abuso sexual cuando era niña. Tuvo que pasar cosas terribles, dejar de estudiar. Alcanzó a cursar hasta octavo en la Normal”.
Pero -afirma- Julieth no era trabajadora sexual porque se rebuscaba el dinero vendiendo limonada, entregando volantes. “Muchas veces la llevé a vivir a mi casa en San Alonso, le daba ropa y comida. Me daba mucho pesar con ella”.
Recordó que alguna vez Medina Ardila la llamó por teléfono a su casa muy tarde y le tocó pedirle que respetara y que no volviera a marcar.
Ofelia reside en España desde hace dos meses. Sabía que Julieth tenía una vida muy triste, como muchos lo aseguraron pero nunca que tuviera una muerte tan trágica. No sale del impacto, sabe que hizo todo lo posible por ayudarla cuando pudo.
Sobre Julieth aseguró que desde hacía 4 años aproximadamente, después de la muerte de su abuela, quedó a merced ‘del mundo’, desprotegida y se la pasaba en la calle.
“Yo la conocí hace 7 años porque fue novia de un hijo mío y desde entonces no le perdí la pista”.
Cómo ocurrió el crimen
Las primeras versiones, las cuales fueron desmentidas, por los allegados de Julieth, apuntarían que Edwin Yesid Medina Ardila -de acuerdo con la investigación- el viernes en la madrugada se desplazó hasta el Parque Centenario de Bucaramanga en busca de una trabajadora sexual.
Allí la habría contactado y pactó pasar unas horas en su apartamento. Sobre las 5:00 a.m. del viernes el hombre, sin razón alguna y aparentemente bajo los efectos de sustancias psicoactivas, la habría asfixiado.
Materializado el crimen, el cadáver de Julieth estuvo casi 12 horas en el apartamento. A las 5:30 p.m. el agresor lo acomodó en posición fetal y lo escondió en una maleta.
En vista de que era muy pesada, llamó a un amigo para que le ayudara a cargar la maleta, con la excusa de que se trataba de escombros y la dejaron en la calle.
Asustado, después que comenzó a correr por redes el mensaje de que habían hallado un cadáver en una maleta en el Parque Bolívar, muy cerca de la residencia del sospechoso, aquel vecino lo delató.
Le darán cristiana sepultura
Y mientras todos juzgan y hablan sobre este caso que estremeció a la ciudad y al país, Judith Mejía, madre de Julieth, adelantaba las diligencias en el Instituto de Medicina Legal de Bucaramanga para que le entregaran el cuerpo de su hija para darle cristiana sepultura. Ayer no se había definido dónde realizarían el sepelio si en Bucaramanga o en San Alberto, donde reside.
“Es un evento de la familia, porque después de que se acabe este sensacionalismo todo el mundo se va a olvidar de ella, menos nosotros”, manifestó la afligida madre.
Prefiere no hablar del por qué Julieth estaba sola en Bucaramanga. “Solo quiero que se aclare que mi hija no era una trabajadora sexual y que seguramente ese tipo la conocía. En cuanto a las demás especulaciones no me interesa referirme porque nada de eso me va a devolver a mi hija.
Muchas personas están llevando un show mediático. Cuando mi hija estaba en dificultades, la única que la ayudaba era yo.
“No me interesa entrar en ese circo que están montando. Quiero enterrar a mi hija y que descanse en paz”.
Una vez conoció el atroz crimen señaló que “a esta persona que abandonó a mi hija sin ningún remordimiento, que Dios y que él mismo se perdone. Ninguna mujer merece que su vida sea segada por ningún motivo. No se por qué se nos olvida que venimos de las mujeres y que somos frágiles.
“Lamentablemente hoy fue mi hija y mañana será la hija de otra persona. Ninguna de ellas ha buscado este destino”.
Julieth tenía 22 años y era madre de un pequeño de dos años, quien está cargo de Judith Mejía.
¿Quién es el capturado?
Edwin Yesid Medina Ardila fue capturado horas después de que un habitante de calle descubriera la macabra escena dentro de una maleta abandonada en la carrera 22 con calle 39 de Bucaramanga. Luego de confesar el crimen, la Fiscalía le imputó cargos por cargos por el delito de homicidio agravado en concurso heterogéneo con ocultamiento,
alteración o destrucción de pruebas y enviado a la cárcel. El hoy procesado perteneció a la Policía Nacional durante 7 años, pero en 2017 fue retirado de la institución por llevar actos no acordes con la disciplina. Se desempeñaba como patrullero en Bogotá.
¿Podría ser un feminicidio?
A pesar de que el caso ha sido tipificado como homicidio, muchas personas reclaman para que sea tratado como feminicidio.
El abogado penalista, Rodrigo Parada, asegura que “hay dos escenarios, el probatorio y el procesal. Si la Fiscalía tiene como acreditar que ese señor le causó la muerte para no pagarle el dinero que le adeudaba por una situación sexual, eventualmente se le configura la figura de feminicidio.
“Pero el problema es un tema procesal, porque si a ese señor ya le imputaron cargos por homicidio y él los aceptó, la única opción para convertirlo en feminicidio es que el Juez de Conocimiento anule la aceptación de cargos, pero eso puede desencadenar la libertad del señor. Si bien creo que puede tipificar un feminicidio, procesalmente hablando es muy complicado”.