Solo metros adelante pudo frenar la volqueta de cabezote naranja y placas TAR-097, que acababa de pasar con su demoledor peso sobre la cadera y el abdomen de Jhon Jairo Villegas, de 21 años, quien se le atravesó de manera sorpresiva en su motocicleta.
Jhon Jairo quedó con el rostro bocabajo; el resto de su ser, vestido de camiseta gris con mangas largas y una sudadera camuflada de color rojo, estaba irreconocible, prácticamente desmembrado por el violento encuentro.
El pavor no ‘cabía’ en las expresiones de los testigos, desconcertados por la fragilidad del ser humano ante la muerte; pero luego llegó el segundo asombro.
Habría cometido un hurto y escapaba…
No era cualquier motorizado, entre los restos de Villegas – que teñían el asfalto de carmesí – y los pedazos de motocicleta regados en el suelo, resaltaba la figura de un arma junto a un bolso negro tipo canguro.
Jhon Jairo – según las autoridades – venía huyendo de la Policía, pues momentos antes habría cometido un hurto cerca del barrio La Esperanza. Algunos mencionaban que la víctima del robo habría sido un prestamista.
El mayor Carlos Ardila, comandante del Primer Distrito de Policía del Magdalena Medio, indicó que “se recibió el llamado por un atraco, dijeron que un sujeto intimidó con arma traumática a un ciudadano y lo despojó de 150 mil pesos y un celular.
“La patrulla se encontraba a escasos metros, empezó la persecución y el hombre emprendió la huida a alta velocidad. Ahí omitió la señal de Pare, las reglas de tránsito, e impactó contra un vehículo de carga pesada”.
El golpe y luego la presión de las llantas fueron definitivas, sacando sus tenis a volar y dejándolo sin aliento.
Luego, las expresiones de desdén abundaron entre la ciudadanía, al resaltar el delito que presuntamente había cometido el joven antes del siniestro vial. Pero sin duda, una familia hoy siente su mundo devastado por esta pérdida.