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Al enfermero Miguel Ángel Pinto lo asesinaron en el barrio Antonia Santos

Miguel Ángel Pinto Rojas fue encontrado desnudo y amordazado con unas gasas. Lo golpearon brutalmente con un bate hasta matarlo. Según pudo conocer Q'hubo, al parecer se trataría de un crimen pasional.

Era la 1:00 de la madrugada cuando la vecina del segundo piso de la casa donde residía el enfermero Miguel Ángel Pinto, escuchó gritos, luego el ruido de cajones que se abrían y cerraban, como de en apuro.

En ese momento, Pinto era torturado, golpeado sin clemencia con un bate en la cabeza hasta la muerte.

Pero fue hasta pasadas las 8:00 de la mañana que se supo la tragedia. Otro vecino que pasó por la calle 31 #22-15, se percató de que la puerta del lugar donde habitaba Miguel estaba entreabierta. No era usual que pasara, tampoco lo habían visto salir a tomarse el tinto de la mañana, como acostumbraba.

Entonces el aquel vecino decidió asomarse para ver qué ocurría. Horror, vio el cadáver desnudo, amordazado y con múltiples heridas en la cabeza.

De inmediato dieron aviso a la Policía. Pronto llegaron unos patrulleros y acordonaron la entrada a la residencia adecuada en lo que quizá fue el garaje de esa casa.

Las autoridades confirmaron que Pinto fue golpeado en con un bate hasta causarle la muerte.

De su residencia se llevaron un televisor y un bafle, lo que hizo creer en un principio, que habría sido por robarlo. Pero la forma tan brutal como se ensañaron con Ángel para asesinarlo y que estuviera desnudo, desvió los móviles.

¿Por qué lo mataron?

Miguel vivía solo, nunca se casó ni tuvo hijos. Era un hombre solitario pero en ocasiones, buscaba compañías efímeras, comentaron algunos vecinos. Dijeron que de vez en cuando veían que entraba personas a su casa, que salían al rato o al siguiente día. Según pudo conocer Q’hubo, de acuerdo a las indagaciones y pruebas que han recopilado hasta el momento, la hipótesis que manejan los investigadores es que al parecer, se trataría de un crimen pasional.

Según indicaron sus colegas de trabajo, Miguel había pedido permiso paro no asistir al hospital el día de ayer. Nadie sabe las razones. Tampoco hay quienes confirmen haberlo visto ingresar con alguien a su vivienda o si alguien tenía acceso cuando quisiera.

Sin embargo, una conocida de Miguel mencionó que Ángel había amparado a una familia de extranjeros, “lo poco que cuentan es que era una señora y sus dos hijos. A veces él llegaba contando que le sacaban la comida o que le dañaban las cosas. Nadie sabía mucho de su vida personal”, dijo.

Miguel Ángel era oriundo de Cúcuta, Norte de Santander. Gran parte de sus familiares viven allá pero también hay seres queridos radicados en Bucaramanga. Unas sobrinas fueron quienes llegaron al lugar para los requerimientos que necesitaban los agentes del CTI de la Fiscalía.

Se iba a pensionar

Después de más dos décadas trabajando para el Instituto de Salud de Bucaramanga, ISABU, Miguel Ángel Pinto Rojas por fin iba a empezar a disfrutar de su pensión a partir de diciembre. Apenas empezaba el papeleo, pero estaba entusiasmado, cuentan sus compañeros.

Actualmente se desempeñaba como auxiliar de enfermería en el Hospital Local del Norte. Los habitantes de ese sector lo reconocían por lo dedicado que era en su labor y lo bien que atendía a los pacientes.

“Lo conocí en el Hospital del Norte. Ahí me mejoré de mis tres hijos. Su atención era incomparable, una excelente persona”, expresó una habitante de esa zona.

“La Familia Isabu esta de luto. El Instituto de Salud de Bucaramanga ESE ISABU expresa sus más sentidas condolencias por la muerte de nuestro compañero Miguel Ángel Pinto Rojas, auxiliar de enfermería. Abrazos y solidaridad a sus seres queridos”, fue el mensaje que difundió la institución.

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