El dolor que sintió la familia de Misael Ramos Romero no tiene alivio. Seis hijos se quedaron sin su padre y su mujer se quedó sin compañero de vida.
Ramos fue asesinado el pasado 25 de septiembre en la Calle 15 # 55 – 157 del barrio Limoncito, en el sector de Morrorrico después de que una vecina arremetiera contra su familia cuando uno de sus hijos se cayó de unas escaleras jugando con los hijos de Misael.
La mujer enfurecida tomó un cuchillo y amenazó a la esposa de Misael. Algunos vecinos evitaron que la situación se saliera de control y cada quien se fue para su casa
Misael no estaba en ese instante, pero tan pronto se enteró fue a hacerle el reclamo a la vecina.
Pero ella llamó a su hijastro Jaider Durán Rivera y le dijo que llegara rápido al lugar porque había ocurrido un problema. Al parecer, lo llenó de ira contándole cosas que no ocurrieron-señalaron los investigadores-.
El joven de 18 años enceguecido tomó un cuchillo y salió a la calle a buscar a Misael quien ya iba de regreso para su casa. Lo llamó, Misael volteó y cuando lo tuvo de frente, le clavó el puñal en el pecho.
Luego de atacarlo, Jaider huyó por las escaleras.
Misael tuvo alientos para pedir que lo auxiliaran, lo montaron en un taxi y lo llevaron al Hospital Universitario de Santander, Hus.
Misael solo sobrevivió la noche, la herida le terminó costando la vida.
La Policía hizo presencia en Morrorico en búsqueda del presunto agresor pero se había fugado. Nadie sabía de su paradero.
La situación se pudo complicada para la familia de Misael. Tuvieron que dejar el barrio y buscar refugio en un hotel del centro de Bucaramanga, en la calle 31 con carrera 17 donde se paga entre $10 y $15 mil la noche.
Allí clamaban porque se hiciera justicia, porque el responsable de arrebatarles a Misael pagara por lo que hizo. Sabían bien quien era, las autoridades ya lo tenían identificado pero debían obtener las pruebas para la orden de captura.
Pasó casi un mes, los agentes del CTI tenían ubicado a Jaider, solo esperaban la orden judicial.
Finalmente lograron capturarlo. Deberá responder ante la justicia por el crimen en el que está indiciado.
Hubo consternación por el homicidio
Misael Ramos, de 45 años era un indígena venezolano de la comunidad Yukpa llegó a Colombia desde la serranía de Perijá a buscar un mejor futuro y oportunidades para su familia.
Se radicaron en Bucaramanga, en el sector de Morrorico. Misael trabajaba como artesano de canastos, lámparas, sombreros y esteras. Con eso sostenía su hogar, como podía.
Su familia era todo para él, por eso, por defender a su esposa, fue asesinado en un hecho de violencia.