El cáncer de próstata que padecía Román Rocha González a sus 72 años, no lo venció, por el contrario, lo hizo más fuerte. Trabajaba de forma incansable todas las mañanas en el sector de ‘Papi quiero Piña’, en Floridablanca vendiendo verduras y frutas, pero el martes en la mañana, el rumbo de su vida cambió para siempre. Fue arrollado por una motocicleta cuando se disponía a cruzar la vía.
Quedó en delicado estado de salud y durante dos días luchó contra la muerte; sin embargo, debido a la gravedad de las lesiones, su deceso fue inevitable.
Román era desplazado de la violencia, en Norte de Santander. Llegó a Bucaramanga hace algún tiempo y vivía en el barrio La Paz de Floridablanca con su hermano.
“Todos los días madrugaba a llevarle hielo que le vendía a una muchacha a en Papi Quiero Piña, luego subía a Floridablanca a comprar la verdura para revender.
“Era muy activo. Le gustaba trabajar en el campo y tenía una tierrita en Rionegro donde sembraba fruta, maíz. Viajaba cada 20 días.
“No se dejaba vencer. Tenía un cáncer de próstata avanzado, pero continuaba trabajando”, manifestó su sobrino” Abel Rocha Pacheco, quien ayer adelantaba las diligencias en Medicina Legal para reclamar el cuerpo y darle cristiana sepultura.
El siniestro
Román Rocha González fue golpeado por una motocicleta cuando se disponía a cruzar la autopista que comunica a Piedecuesta con Bucaramanga a las 7:30 de la mañana, en el sector de ‘PQP’.
Sufrió golpes en la cabeza y múltiples fracturas. Quedó inconsciente sobre el pavimento y fue trasladado de urgencia hasta un centro médico de Floridablanca. No volvió a despertar.
El conductor de la Suzuki Gixxer, terminó en el otro carril. La máquina negra de placa VGU-23E con el motor revolucionado, quedó sobre el separador y una mujer y su hijo, quienes iban como parrilleros, cayeron a unos cuantos pasos de Román, a casi 200 metros del puente peatonal. No sufrieron heridas de consideración.
