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En Bucaramanga, Jerson quería salir de la calle, pero lo asesinaron en el Centro

Cuatro hombres serían los responsables de este ataque mortal, pero solo uno fue el que empuñó el cuchillo que perforó al joven.

Jerson Jair Mora Patiño no era un habitante de calle más, de aquellos que nadie llora. Tenía una familia que lo amaba, que reconocía que el vicio lo tenía ‘jodido’ y que siempre guardó la esperanza tenerlo de nuevo en casa, sin embargo, ya no regresará.
Mora, de 24 años, fue asesinado cuando se encontraba en la calle 45 con carrera 14B del barrio Chorreras de Don Juan de Bucaramanga. El agresor le clavó una ‘puñalada trapera’ por la espalda. Mal herido corrió, pero a media cuadra cayó. Sus signos vitales se ‘apagaron’ en segundos
La indiferencia de algunas personas que transitaban por esa vía mientras Jerson agonizaba quedó grabada en los videos de las cámaras de seguridad.

Esperaba el desayuno
Ocurrió a las 6:00 de la mañana, cerca de la plaza de mercado La Rosita, cuando los negocios aún no abrían. Jerson llegó en busca del desayuno que como todos los días le ofrecía un hombre a quien él llamaba ‘tío’.
“Esperó ahí en la puerta varios minutos pero como que vio que venían esos tipos y comenzó a caminar. Ese hombre ya le había hecho daño. En abril le partió una mano. Le decía que no lo quería ver más por esa zona”, manifestó Yenny Rueda Patiño, una desconsolada hermana.
Aseguró que a “Jerson la calle le quedó grande, porque no era peleador. No cargaba armas. Era noble, pero el vicio lo tenía en la calle”
Cuatro hombres serían los responsables de este ataque mortal, pero solo uno fue el que empuñó el cuchillo que perforó al joven.
En uno de los videos se observa cómo los sujetos, quienes irían bajo los efectos del alcohol, caminaban por esa cuadra, metros atrás de Jerson. Uno de ellos se adelantó y se le acercó. Cruzaron algunas palabras y Jerson se volteó. Fue en ese momento que le clavaron el puñal.
Los otros quisieron acorralarlo y con un machete lo amenazaron. Jerson, con las pocas fuerzas que tenía corrió, pero no alcanzó a llegar muy lejos. Se fue de bruces. Ahí, sobre el asfalto, murió.

Seis años en el vicio
Hace seis años Jerson Jair conoció el mundo de las drogas. El infierno del que nunca pudo salir. Lo intentó varias veces, pero la tentación fue más grande y recayó.
“Deambulaba por ahí, pero hablaba todos los días con mi mamá y conmigo.
“Permanecía por la calle donde lo mataron y por la Gobernación. Yo le decía que evitara los problemas. No se metía con nadie. A pesar de lo mal que estaba no se veía como indigente, procuraba verse bien. Era muy vanidoso”, dijo la hermana.
Jerson era de Lebrija y allí viven sus familiares, quienes nunca lo desampararon.
Incluso adelantaban trámites para que ingresara una vez más a un centro de rehabilitación. Él quería una nueva oportunidad, pero criminales de la jungla de cemento se la negaron.

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